Diario Sanitario Periódico digital de información sanitaria.
Iniciamos la ruta en la pequeña aldea del Cortijo de Tortas, a los pies del Cordel de La Almenara, allí donde parten las aguas buscando el Segura por un lado y el Guadalquivir por el otro.
- 16,5 kilómetros.
- 807 de desnivel positivo.
- Dificultad moderada.
- Tiempo estimado 5 horas y media.
- Punto de partida: Cortijo de Tortas.
Umbrosa, boscosa y empinada la senda
Una fantástica jornada matutina. Caminando, respirando, observando y compartiendo junto a Antonio Cantos, inmejorable compañía.
Mañana sublime, temperatura suave y cielo despejado. Atavío ligero, agua y almuerzo en el morral. Iniciamos ese sencillo vaivén, vamos jubilosos.
Comienzo suave, sin apenas desnivel, nos encontramos con el inicio de camino ideal para ir desentumeciendo, porque pronto será otro cantar.
Pasamos junto a Las Hoyas del Pino y el Cortijo del Quinquillero. Debemos abandonar el confort que veníamos porteando y meternos en faena de la buena. Vadeo de un arroyo, muy sencillo, un par de brincos y salvado el paso. Umbrosa, boscosa y empinada la senda por la que junto a colosales Acebos vamos ganando altura hasta alcanzar la Cocota del Ciervo.
La senda se suaviza, la progresión es agradable en busca de quien ocupa el trono del reino de estos vericuetos, El Tejo Viejo. Majestuoso ejemplar de unos 13 metros de altura y un gran perímetro, al que varios estudios botánicos calculan una edad aproximada de unos 1.800 años, ¡la virgen!
Nos encaramamos en lo alto de La cuerda Larga. Los horizontes empiezan a aflorar a nuestro alrededor. Reconocemos varias de las cumbres más relevantes que nos rodean. Al Norte, El Muleto y El Coronillas. En el Sur, El Gallinero, El Calar del Mundo con su Argel, El Mentiras y La Sagra. Al Este, El Padrastro de Bogarra y la Albarda. Y al Oeste, El Cambrón y La Sarga. Y ahí, también al Oeste, ese penacho de roca gris que tiene nuestra sierra, esa silueta salvaje que me hace estremecer cada vez que la veo, esa montaña que siempre se busca en la lejanía cuándo subes a otras de las de por aquí. Al Oeste, La Almenara.
1.700 metros sobre el nivel del mar
Cresteamos La Cuerda Larga, desfilamos sobre los 1.700 metros sobre el nivel del mar. Así, sin traza definida, a campo traviesa y siguiendo alguna trocha abierta por los animales, nos vamos acercando al objetivo principal de la jornada, la cúspide de ese penacho.
Descendemos hasta la pista forestal que sube desde El Masegosillo y Las Espineras, emplazamiento éste donde comienza la verdadera ascensión. En tan solo 300 metros de longitud, debemos salvar un desnivel positivo de 156 metros. Aunque la pendiente es brava y muy exigente, venimos con ganas y somos tercos. Todo esfuerzo tiene su recompensa, y la visión que alcanzamos desde arriba, mitiga los males que hayamos podido sufrir durante el ascenso. ¡Estamos en el techo de La Sierra de Alcaraz!, La Almenara (1796 m).
El techo de la Sierra de Alcaraz
Hay que bajar con tiento
Bajar lo subido no es fácil, a tramos el pedregal está suelto y debemos ir con todos nuestros sentidos en alerta. A mitad del descenso, abandonamos la traza que hicimos de subida, decidimos coger dirección al Collado del Portillo de la Buitrera para hacer algo de cresteo del Cordel de La Almenara. En lo alto del Cordel y frente a la Piedra del Grito, bajamos a la senda que une el antiguo contador de ganado con la Fuente del Pino de los Muchachos.
Vamos perdiendo altura y finiquitado la etapa. Caminamos junto a un arroyo que baja rebosante, las lluvias y nieves de estos últimos días han dado una vida exuberante a estos parajes. Preciosa senda, un suave descenso entre grandes espinos albares, acebos, pinos laricios y una gran variedad de flores. En resumen, regocijo en su máximo esplendor por este sendero, que en Prado Redondo se convierte en pista forestal.
Y lo que nos queda es todo por esta pista. Por ella concluimos esta magnífica mañana, donde nos hemos dado un muy reparador y reconfortante baño de bosque.
