La pandemia ha disparado los trastornos mentales, pero la espera para que un paciente, derivado desde Atención Primaria, llegue a un psicólogo supera los tres meses en Castilla-La Mancha, donde Salud mental sólo cuenta con 127 de estos especialistas. De hecho, el Colegio de la Psicología ha advertido en numerosas ocasiones de que la figura del ‘psicólogo de cabecera’ reduciría la lista de espera así como evitaría que se cronificaran enfermedades que se podrían tratar en dos sesiones.
El Colegio de la Psicología de Castilla-La Mancha reivindica la figura del ‘psicólogo de cabecera’
El confinamiento y las crisis sanitaria, social y económica que ha traído el coronavirus no han hecho sino acrecentar los problemas mentales. Sin embargo, acceder a un psicólogo en la sanidad pública es complicado. Para empezar, el paciente tiene que recurrir a su médico de Familia para que lo deriven desde el centro de salud a una atención hospitalaria que arrastra más de tres meses de espera.
Así lo ha confirmado la decana del Colegio de la Psicología de Castilla-La Mancha, María Dolores Gómez, quien ha insistido en la importancia de que la sanidad pública abra la puerta al psicólogo de cabecera, un recurso sanitario inexistente en la actualidad en los centros de salud, pero que evitaría tratamientos farmacológicos innecesarios así como que se cronifiquen episodios de estrés, ansiedad y depresión.
La meta: 360 psicólogos
La falta de atención psicológica en la sanidad pública es un problema de todo el país. Castilla-La Mancha, como el resto de España, cuenta con seis psicólogos clínicos por cada 100.000 habitantes, ninguno de ellos en los centros de salud. La propuesta que han hecho los colegios a las administraciones nacional y autonómica es la de incrementar esta cifra, en un plazo de diez años, a 18 psicólogos por cada 100.000 habitantes. En la región supondría una plantilla de 360 psicólogos.
“La salud mental no es sólo esquizofrenia. Todos tenemos un aspecto mental que debemos cuidar, que está desatendido en la sanidad pública. Por eso, defendemos la figura del psicólogo de cabecera”. A juicio de Gómez, este profesional sería, como el médico o la enfermera, un recurso imprescindible.
En diálisis los enfermos renales tienen problemas de ansiedad y depresión en muchos casos. Su necesidad de atención psicológica es reconocida por el SESCAM, al incluirla en centros concertados, pero no existiendo o de forma mínima, en los Hospitales de Castilla la Mancha.