• Senderismo con sol y lluvia entre Mahora y Madrigueras

    Este fin de semana han tenido lugar la novena y décima de las pruebas de la XII Edición de las Rutas de Senderismo 2025, que organiza la Diputación Provincial de Albacete, entre Mahora y Madrigueras, ambas en la comarca de La Manchuela.

    Fotografías: Luis Sánchez Vizcaíno

    El sábado, en Mahora, realizaron la prueba denominada “Cañones del Valdemembra y nacimientos del Charco Azul”. Un recorrido circular, con una dificultad media, de 12 kilómetros de distancia, con una duración aproximada de cuatro horas y media.

    El término municipal de Mahora es muy amplio y sorprendente a la vez, como los parajes que recorrieron. Se desplazarían en el autobús, unos pocos kilómetros, hasta “El balcón de Dios”, con una espectacular vista de la hoz del río Valdemembra. Con sol y sin viento, comenzarían descendiendo la cuesta de la Balaguilla. Ya abajo, tomarían, a la izquierda, la bella “Senda del Corral”, para enlazar entonces con el “Barranco sierra de Mahora”, hasta llegar a la parte más alta de la ruta. En dirección al Corral de Bolinches, bajarían hacia el río Júcar para encontrase con un inmenso campo de almendros en flor, un precioso paisaje que hizo las delicias de los senderistas.

    Entre búhos, águilas y plantas aromáticas

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    Tras una fuerte subida entrarían en el barranco del Búho Real, rodeados de espartos, aromáticas, pinos, donde es habitual ver búhos y águilas. En esta ocasión, debido a las lluvias de días anteriores, llevaba hasta agua. Al finalizar este barranco, subieron hasta el camino que les llevaría a lo más alto de Bolinches. Bajarían de nuevo hacia el río Júcar, al Paraje de la fuente de la Teja, antiguo lavadero, justo al lado de la central hidroeléctrica de Bolinches, lugar que aprovecharon para degustar un rico almuerzo por cortesía del Ayuntamiento de Mahora.

    Seguirían la marcha, en esta soleada mañana, visitando las cascadas que forman la presa de Bolinches, para luego retroceder unos metros y continuar por el precioso entorno del río Júcar y el Charco Azul, sin duda, el lugar más bonito de la ruta, donde, gracias a Mario, el guía, que con la limpieza y apertura de nuevas sendas, pudieron visitar el precioso y original nacimiento de agua cristalina de la fuente de la teja y cruzar al otro lado del río donde pudieron observar al llamado Charco Azul. Se trata de un remanso de agua azulada, con unas pasarelas de madera que permiten contemplarlo desde su interior.

    Impresionantes vistas

    Continuarían un pequeño tramo por camino y luego por senda, ascendieron hasta las antiguas cuevas de las Casas del Río. Y un poco más arriba al mirador del Júcar, con impresionantes vistas de este paisaje del río Júcar. Descendieron, ya de regreso, para coger primero una pista y luego una senda, y pasar por la finca Cañada de la Hoz, una explotación ganadera donde también contemplaron una peculiar zona de descanso de los pastores, con varias hamacas totalmente artesanales, aprovechando materiales naturales de la zona.

    Solo les restaba descender por senda hacia la Cueva del Valdeanguilla, más conocida como la Cueva del Dragón. En su interior, una gran escultura tallada en la misma roca de la cueva. Desde este punto continuarían por el camino hasta tomar de nuevo la cuesta de la Balaguilla , esta vez en ascenso, hasta llegar al punto de partida.

    ‘Rincones escondidos del Júcar’ en Madrigueras

    Ya el domingo, otros cincuenta participantes distintos, visitaron Madrigueras, para disfrutar de la ruta ‘Rincones escondidos del Júcar’, con una dificultad técnica baja, un recorrido circular de 10 kilómetros de distancia, cuatro horas de duración.

    En una mañana cubierta, distinta al día anterior, les recibiría el alcalde de Madrigueras, Juan Carlos Talavera, quien les daría la bienvenida, junto a Alfredo Alcahut, de la asociación Cultural SVCRO de Madrigueras, que sería su guía y maestro durante toda la ruta.

    Se desplazarían en autobús hasta la cercana localidad de Motilleja, donde comenzaría la ruta a pie, ya de camino empezaría a lloviznar. Protegidos por los coloridos impermeables, arrancarían dejando atrás una mota situada en el término de Madrigueras, un yacimiento arqueológico del bronce e ibero-romano, la Morrica, a 674 metros sobre el nivel del mar, donde se pueden ver fragmentos de cerámica ibérica y romana.

    Paseo por la Historia

    Con algo de lluvia intermitente, se dirigirían hacia el río Júcar. Tuvieron que ir cambiando un poco la ruta prevista debido a las circunstancias meteorológicas. En primer lugar, visitaron las ruinas del Molino de los Nuevos, aquí se encuentra un conjunto de molino, caz, casas y restos diversos. Se puede ver el contraste entre tierras áridas con la exuberancia de la vegetación de ribera del río Júcar y de la umbría del margen de enfrente.

    También pasaron por varias casas, por desgracia derruidas, así como zonas de huertas, hasta llegar a Cuasiermas. En la confluencia de dos torrentes y unos manantiales se encuentra el paraje de Cuasiermas, en el término de Madrigueras, donde a la altura del puente se ven restos de sillares de época romana, reutilizados en el antiguo molino de Cuasiermas. Caminaron junto al río, y entre la maleza, descubrieron muros del caz y otro molino construido sobre tres arcos de sillares, ocultos entre las zarzas.

    Cuevas para el cultivo del champiñón

    Aquí la lluvia comenzaba a apretar y salieron de nuevo al camino, visitando varias cuevas de las dedicadas al cultivo del champiñón, a su alrededor encentraron gran cantidad de fósiles llamados planorbis y lymnaea, cosa que deja claro que esta zona estaba cubierta por el agua y formaban enormes lagunas, zona donde también se encuentran cristales de yeso y lignito.

    Desde este punto, continuaron por el camino junto al río para visitar un bello rincón, “El Vallejo”, un valle casi escondido, moldeado por el agua, donde pudieron disfrutar de acantilados y el lecho seco de antiguas cascadas, entre vegetación esteparia que contrasta con la abundando vida del bosque de ribera. También contemplaron una sima misteriosa, recientemente explorada, nos habla de vestigios de la edad del bronce manchego. Un atochar, cuevas que sirvieron de refugio de pastores. Ya de regreso, tras visitar varias huertas y casas abandonadas, cogerían el camino que sube al llano y les conduciría de nuevo al punto de partida.

    Memorial de las Brigadas Internacionales

    De nuevo en Madrigueras pudieron visitar al Memorial de las Brigadas Internacionales, ubicado en la localidad, por haber sido esta uno de los emplazamientos más importantes durante su estancia de estas brigadas entre octubre de 1936 y abril de 1938.

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