• “Tengo la suerte de haber nacido ciego en España”

    Con 57 años y más de cuatro décadas subido a los escenarios, el músico Serafín Zubiri ha triunfado sin uno de los cinco sentidos. Así, ciego de nacimiento, está convencido de que la falta de la vista le ha agudizado dos sentidos fundamentales en su profesión, el oído y el tacto. Y es que tiene una voz impresionante, que le lleva en la actualidad a homenajear a Nino Bravo, y unos dedos que ‘vuelan’ en el piano.

    Serafín Zubiri

    Serafín Zubiri recorre los escenarios españoles con su personal tributo a Nino Bravo

    Invidente de nacimiento, agradece como afiliado de la ONCE que en España se traduzcan incluso las partituras al braille

    Pero si bien no le faltan ni aptitud ni actitud, Serafín Zubiri es consciente de que su educación, incluyendo sus estudios de solfeo, piano y canto, se la debe a la Organización Nacional de Ciegos de España (ONCE), a la que está afiliado. De hecho, trabaja con un ordenador adaptado e incluso las partituras las tiene traducidas al braille.

    El pequeño de seis hermanos, de los que cuatro son ciegos, Serafín Zubiri tiene claro que: “Tengo la suerte de haber nacido en España”. Las adaptaciones de la ONCE le han permitido estudiar, desarrollar su carrera y practicar deporte. Esta semana impresionaban sus ensayos en Albacete, cómo se movía en el escenario, cómo daba instrucciones a la Banda Sinfónica Municipal y cómo su torrente de voz hacía enmudecer a un público entregado. Tal ha sido el éxito de Zubiri, asiduo a los escenarios de la provincia de Albacete, que se ha tenido que marchar con el compromiso de regresar porque parte del público, por cuestiones de aforo, se quedó fuera.

    “Estoy contento como estoy”

    Serafín Zubiri es uno de los referentes musicales de España, pero también es un símbolo para las personas ciegas, una prueba de que las barreras de la discapacidad se pueden saltar. Él reconoce que “estoy contento como estoy; Virgencita que me quede como estoy”, repite mientras explica que, hoy por hoy, su ceguera es irreversible, pero no le importa. Cree que si hubiera nacido en el siglo XXI no sería ciego, aunque tampoco lo tiene claro.

    En principio, su ceguera y la de sus hermanos podría deberse a que su madre es Rh negativa, lo que ahora se solventaría con una inyección. En cualquiera de los casos, su interés ahora se centra en sus conciertos y en Nino Bravo, cantante que descubrió a los 8 años y al que ahora rinde tributo por los escenarios españoles.

    Ensayo con la Banda Sinfónica Municipal en el Auditorio de Albacete.

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