• La ‘burrocracia’ del Sescam en el pasaporte COVID

    Crónicas de un crónico IV

    El Autor

    Miguel Ángel Molina

    Paciente

    Kafka volvería a su tumba hoy si tuviera que enfrentarse al “Proceso” que paso a relatarles. En estos tiempos, su Joseph K. tendría que lidiar con la “burrocracia” del Sescam para obtener un pasaporte COVID.

    sescam pasaporte COVID hija
    Imagen de archivo

    La paciencia no es suficiente

    El protagonista de la novela de Kafka, en caso de tener una hija vacunada, probaría a obtener su certificado de vacunación metiendo los datos de la menor en la página web del Organismo en cuestión, siéndole imposible al mostrarse en la pantalla un aviso de error.

    Aunque intentara modificar algún número, alguna letra, demostrando así una paciencia infinita al probar diversas combinaciones, tendría que desistir finalmente y buscar otra alternativa.

    Pensaría entonces que enviar una solicitud formal por sede electrónica, exponiendo el caso y utilizando su firma digital, sería suficiente para que se le contestara.

    Sin embargo, transcurrido un mes y pico, viendo que no obtendría respuesta alguna y que su hija, a pesar de estar vacunada, no podría acceder a numerosos lugares donde exigen ese ansiado pasaporte COVID, probaría a llamar al teléfono de información correspondiente de la Junta de Calamidades.

    Una situación kafkiana

    En ese teléfono le derivarían amablemente a otro número y a una dirección de correo electrónico. Día tras día, durante dos semanas, llamaría a ese teléfono sin que nadie lo descolgara. Incluso escribiría un correo exponiendo su kafkiana situación.

    Desesperado, volvería a llamar a ese primer teléfono, donde lo derivarían de nuevo, esta vez, a otro correo electrónico, por lo visto, creado para este tipo de incidencias.

    Y vuelta a empezar

    Agotadas ya las fuerzas, Joseph K. escribiría esa nueva misiva exponiendo el desamparo de su hija y su escasez de argumentario para hacer entender a la menor que él lo intentaba, que no era un fracaso de padre, que llevaba poniendo todo su empeño durante semanas.

    Al fin, después de tanto silencio administrativo, recibiría una respuesta. Una respuesta generada automáticamente por el sistema informático de turno, en la que se le pediría que aguardase un poco más en caso de tratarse de algo referente a la vacunación, que no era el caso, o bien, llamase a otro teléfono que se le facilita.

    Morir a manos de la incompetencia de la Administración

    Llegado a este punto, el protagonista de este particular proceso, soñaría con un Kafka resucitado, solo para que volviera a escribir cómo era acompañado por esos funcionarios que ya lo sacaron hace tiempo del edificio donde transcurre la acción de la novela. Desearía morir otra vez a manos de la incompetencia de la Administración (perdón por el spoiler), dejando a su hija sin el pasaporte COVID y una pregunta por responder: ¿Por qué mi padre fue incapaz de obtener ese único y mísero papel?, tampoco le estaba pidiendo tanto.

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