
¿Qué setas se pueden comer y cuáles no? Lo mejor es centrarse en las amanitas, níscalos y boletus aereus
A un lugar de la Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme se dirigen los cuatro magníficos de la crónica senderista, léase: Manuel alias “la brújula”, Terto alias “el bardo”, Dolores, alma máter de este diario, y Cesárea, sin alias conocido o, mejor dicho, todavía por conocer, además de este servidor, más esporádico que las setas y los menesteres que nos ocupan hoy.
Las mejores setas que se pueden comer

Las que no nos interesan
Las estrellas de la cocina son amanita, boletus aereus y níscalo
Miércoles de ruta que, con las lluvias recientes que amamantan la tierra, se convierte en un deseado miércoles de setas en medio de una tarde de cielo despejado que apunta maneras. O eso es lo que pretende el triunvirato setero que comanda la misión, más afanado que otra cosa en buscar y rebuscar entre los matorrales, entre jaras, pinos y alguna que otra encina, las piezas más codiciadas.
A uno, totalmente lego en esta materia, todo le suena a chino. Mejor dicho, a coreano. Por aquí, un boletus. Por allí, un champiñón. Por este lado, un níscalo. Por ése otro, la joya de la corona, la amanita, el tesoro más buscado de este mundo de las setas, tan secreto como especial. Y así, entre exclamaciones de júbilo y alguna que otra decepción, siempre en buena compañía y nunca sin descanso en esta intensa pero fructífera búsqueda en una tierra plagada de suillus, los senderistas pasamos una tarde redonda, de ésas que merece la pena, con buen tentempié de Alpera y ese tradicional té de San Pedro incluidos.
El ocaso nos tiene todavía preparada una sorpresa mejor. Y no es otra que Sabino, bonachón y buena gente donde los haya, al frente de la Disco Pub ‘La Machina’ de Alcadozo, nos sirve en bandeja, magistralmente cocinadas y exquisitamente aderezadas, muchas de las setas que la tierra nos ha regalado en una ruta tan inusual como secreta. Como manda el mundo de las setas.
¿Qué setas son comestibles?
En teoría, de las que hemos mostrado, se pueden comer todas, pero con sus características cada una. Son excelentes comestibles la amanita caesarea, el boletus aereus y el lactario o níscalo. El suillus es comestible mediocre y habría que quitar la piel y los tubos antes. En cuanto a la amanita vaginata, es tóxica en crudo y se puede comer bien cocinada porque el calor elimina una toxina que provoca una destrucción de los glóbulos rojos, por lo que mejor abstenerse.