• Stop Ceguera devuelve la vista a 3.000 pacientes

    Casado durante una intervención.

    Un grupo de profesionales sanitarios de Albacete, Valencia, Barcelona, Palma de Mallorca y Cuenca acaba de regresar de la República Dominicana de la mano de la ONG Stop Ceguera, responsable de que 3.000 pacientes sin recursos hayan recuperado la vista. El trabajo se ha centrado en el Hospital Doctor Leopoldo Pou de Samaná, donde Stop Ceguera ha trabajado en colaboración con una asociación dominicana.

    Han atendido a 387 personas en consulta, han realizado 117 intervenciones quirúrgicas y se han prescrito 180 gafas, muchas de ellas procedentes de España. Es la segunda ocasión en que esta organización viaja a la República Dominicana. Anteriormente lo han hecho a Burkina Faso, Costa de Marfil, Argelia, Ghana o Kenia. En total, la ONG estima que ha devuelto la vista a más de 3.000 personas.

    El equipo profesional ha estado compuesto por cinco oftalmólogos, tres enfermeras, una auxiliar de enfermería, dos optometristas y cuatro personas dedicadas a la la logística. Entre el grupo de cooperantes de Albacete estaban los oftalmólogos Raúl Casado, del Hospital de Hellín y María Antonia Fagúndez, del Complejo Hospitalario de Albacete, así como el oftalmólogo albaceteño, de la Clínica Baviera, José Ramón Villada, y Consuelo Lledó. La delegación albaceteña también ha contado con Miguel Tolosa, Miguel Ángel Navarro, Isabel Moya, Juan Tomás Martínez y Aurora Pérez.

    Villada se prepara para intervenir.

    Los profesionales albaceteños han coincidido en señalar las carencias sanitarias de un país como  República Dominicana, “donde la atención sanitaria especializada no llega a todos los lugares. Hay muchas muchas provincias donde no cuentan con oftalmólogo, además el desplazamiento y la atención médica son muy complicados para la mayoría de la población”.

    “No tiene nada que ver con nuestros medios ni nuestros hospitales, tampoco tienen nada que ver las operaciones que hacemos aquí con lo que se hace allí, cirugías que en España practicábamos hace 20 años”, ha explicado el doctor Casado, quien había estado anteriormente en Burkina Faso. “Hay muchas cosas por hacer y una sencilla preescripción de gafas es una bendición para ellos”.

    Los profesionales españoles han aprovechado el viaje para llevarse más de 20 cajas con material fungible, lentes intraoculares, medicamentos, incluso batas o paños quirúrgicos. Mientras tanto, la ONG, formada principalmente por sanitarios y voluntarios de Albacete, sigue organizando actividades para recaudar fondos, como la exposición Botijos de la luz, en el que artistas y aficionados pintan botijos que luego se venden. Igualmente, Stop Ceguera se encuentra inmersa en la adquisición de un láser YAG, lo que permitiría realizar capsulotomías en caso de opacidad capsular tras la operación de cataratas (“limpieza de lente intraocular”), en menos de un minuto y de forma indolora.

    La falta de medios en los países que visitan es evidente, como ha contado la oftalmóloga María Antonia Fagúndez, “el año pasado llevamos un microscopio que dejamos en el país, a la organización dominicana”. La profesional del Complejo Hospitalario Universitario de Albacete explica que la mayoría de las intervenciones en República Dominicana han sido pterigion, una patología muy frecuente en esas latitudes por la incidencia solar, además de las habituales cataratas.

    La doctora Fagúndez no podrá olvidar a un niño autista de 15 años, “nos planteamos mucho si operarle pues necesitaba anestesia general y la recuperación visual era dudosa. Era difícil valorar la visión al día siguiente de la cirugía, pero la sonrisa del niño y los comentarios de la madre respecto a su actitud nos llenaron de alegría a todos”.