• “Su hijo es alérgico”. Y ahora ¿qué?

    El Autor

    Pilar Morón

    Madre y delegada de la Asociación Española de Personas con Alergia a Alimentos y Látex en Castilla-La Mancha (Aepnaa)

    Este año, del 3 al 9 de abril, se celebra la Semana Mundial de la Alergia, iniciativa promovida por la WAO (Organización Mundial de la Alergia) que este año se dedica a la urticaria. Pero el tema que voy a abordar es el de las alergias alimentarias.

    Y ahora, ¿qué?

    Esta es sin duda la pregunta que todos los padres nos hacemos cuando recibimos el diagnóstico de alergias alimentarias de nuestros hijos.

    “Y ahora, ¿qué?”, porque uno cree que sabe lo que come, pero cuando necesitas tomar conciencia de lo que comes, te das realmente cuenta de que no es así , que no tienes ni la más remota idea de lo que te llevas a la boca a diario.

    Sales de la consulta de alergología o pediatría, en el mejor de los casos con una lista de aditivos y sustancias derivadas de los principales alérgenos en la infancia (huevo y proteína de la leche de vaca) que debes evitar. En el peor, con la vaga recomendación de que no le des ni leche, ni huevo.

    ¡Qué sencillo parece! Pero es simplemente la línea de salida a la aventura en la que, del día a la noche, se ha convertido tu vida.

    Llegas al supermercado y compruebas que es prácticamente imposible encontrar productos que no contengan derivados lácteos, y otro tanto sin huevo, sin frutos secos, sin soja… Y ésto es solo la primera parte de lo que nos espera.

    La segunda parte, reuniones y celebraciones familiares, en un país en el que todo se celebra con comida es difícil lidiar con la falta de empatía y la incomprensión de aquellos que nos rodean, que no alcanzan a comprender la realidad del peligro que supone la ingesta, el contacto o la inhalación de alimentos tan comunes como la leche,el huevo, el marisco.

    Y por último, la escolarización. En el caso de nuestros hijos, es uno de los momentos a los que con más miedo nos enfrentamos, 5 horas lejos de nuestra vista y cuidados, y cruzando los dedos para que el colegio asuma la prevención necesaria y la custodia de una medicación de la que en un instante puede depender la vida de nuestros hijos.

    Estos son, desde mi punto de vista, tres de los aspectos más relevantes que provocan un giro radical en la vida diaria de las familias de los niños, o adultos, diagnosticados de alergias alimentarias. Y cada uno de ellos, merece ser tratado con más detenimiento.

    En el tintero quedan otros temas, el etiquetado preventivo, el cumplimiento o incumplimiento de la reglamentación en restaurantes, el desconocimiento del personal que trabaja en hostelería y restauración.