María se contagió de COVID, de la variante Ómicron, a los tres días de comer con su cuñada, también positiva, y todo empezó con un dolor de cabeza inusual que apenas duró una tarde, pero lo que más llamó su atención fueron unos sudores nocturnos tales que la obligaron a cambiarse de camiseta varias veces durante la noche. Fue la enfermera de Vigilancia Epidemiológica quien le confirmó que los sudores nocturnos eran uno de los síntomas inequívocos de Ómicron.
El 98% de los casos registrados en Castilla-La Mancha son Ómicron
Con dos dosis de la vacuna COVID, concretamente de Moderna, le tocaba la tercera dosis el 4 de febrero, pero a María no le dio tiempo. Una semana después, ha pasado el coronavirus, que ella sepa, por primera vez, como si fuese un catarro raro, sin pérdida de apetito, con cansancio moderado, poca fiebre y una gran congestión nasal que remitió al tercer día.
Y es que los estudios científicos, como la experiencia de María, de una albaceteña de 40 años con una inmunodeficiencia primaria, demuestran que la sintomatología de Ómicron, incluidos los sudores nocturnos, suele ser más leve. No obstante, no se puede bajar la guardia porque los datos diarios del Ministerio de Sanidad advierten de que la mortalidad aún es llamativa, como el escape a unas vacunas que si bien protegen no están evitando los contagios.
Tampoco cabe duda de que en estos momentos prácticamente todos los contagios son Ómicron. Así, el Ministerio de Sanidad calcula que el 97,9% de los casos registrados en Castilla-La Mancha ya son la nueva variante, que ha desbancado a Delta.
Desde el mes de diciembre, los pacientes COVID presentan dolor muscular, de cabeza y garganta, así como clínica catarral con moqueo y tos seca. No son características la pérdida de olfato y gusto como en olas previas.
La vacuna frena un índice de contagios sin precedentes
Así, a pesar de que los no vacunados suponen el 10% de la población, se traducen en el 40% de los ingresos hospitalarios.
Seis olas y un sinfín de letras del alfabeto griego después, Ómicron se ha convertido en la protagonista, contagiando más que ninguna variante, con una incidencia sin precedentes, pero con las hospitalizaciones y la mortalidad dos tercios por debajo de la situación de hace un año.