La anunciada renovación tecnológica de los hospitales avanza con cuentagotas. De momento, uno de los tres TAC con los que cuenta el Hospital General Universitario de Albacete se ha vuelto a averiar. El único síntoma de cambio fue la publicación en el Diario Oficial de Castilla-La Mancha (DOCM), el pasado 17 junio, del primer paso para adquirir un mamógrafo digital con tomosíntesis, valorado en más 214.000 euros.
Las pruebas diagnósticas se mantienen como el principal freno a las listas de espera. Y es que cuando falla una máquina, la rueda deja de girar. La nueva avería del TAC obligará a reprogramar quirófanos, a mandar pacientes a su casa, a derivarlos o a mantenerlos ingresados hasta que se arregle.
El pasado mes de abril, falló la resonancia magnética, lo que obligó a depender de la sanidad privada durante un fin de semana. Ese mes también se quedó fuera de servicio el TAC, el mismo que no funciona hoy y que se averió a mediados de junio.
No obstante, el 21 de junio, el consejero de Sanidad, Jesús Fernández, insistía en la adquisición de un TAC en Hellín y en el incremento de pruebas diagnósticas durante el verano para reducir las listas de espera. Se refería a un aumento del 10% en relación con el verano anterior, tanto en consultas externas como en pruebas. Precisamente en Hellín, donde no hay resonancia magnética, se prevé invertir 48.000 euros en la derivación de pacientes a centros privados del municipio.
La misma circunstancia se da en Albacete. Si las viejas máquinas siguen fallando, el Sescam tendrá que recurrir, como ha hecho históricamente, a los conciertos con la sanidad privada, ya sea con Mansilla, que ha renovado recientemente su equipación, o con Quirón.