El caso de Elvira Argandoña es único, tanto por lo dispar de sus vocaciones como por sus logros. Con 24 años era matrona, con 31 años, madre de dos hijos y licenciada en Derecho y, con 36, fiscal. Una fuerza de voluntad fuera de lo común y un afán de superación poco corriente le llevaron, con la vida solucionada, con ...
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