Las tamboradas no están exentas de riesgos como la sordera. Un tambor redoblando en un local cerrado, igual que un petardo, puede provocar sordera en cuestión de segundos. Y es que las tamboradas, aunque irresistibles para tobarreños y hellineros, son capaces de mermar seriamente la audición de los oídos sensibles. Consciente de lo inevitable, el Servicio de Otorrinolaringología del Hospital ...
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