• Testimonio COVID-19 de una estudiante de Psicología

    Buzón del lector de Diario Sanitario

    De la noche a la mañana todo cambia, tanto es el cambio que duele. Y entonces mi mayor preocupación es: ¿qué pasará con mi futuro profesional? ¿Cómo paralizo todo lo que realmente me llena ahora mismo?…

    Mi nombre es María, actualmente me encuentro cursando el grado de Psicología. Esa ciencia que no se sabe si es de letras, de salud o de sociales, tan peculiar de entender. He de decir que estos conocimientos y competencias que he ido adquiriendo a lo largo de los años, me han hecho saber afrontar esta situación tan excepcional de una manera mucho mejor.
    Cuando toda esta situación floreció en lo más hondo de nosotros, mi cabeza se llenó de dudas, de incertidumbre, y de miedo. Aunque no solo miedo por mis estudios o mi manera de afrontarlo, sino miedo por la enfermedad, por ese bicho que nos ha hecho pequeños a cada uno de nosotros, y que ha cambiado la visión de una manera radical.

    De tal forma, que el antiguo hombre científico trasciende al hombre sumiso, a acatar ordenes y a verse sumergido en cuatro paredes de las que no puede salir, porque por un momento sentimos la obligación de obedecer con las órdenes que se nos acatan y coartar uno de nuestros derechos principales y primordiales, nuestra LIBERTAD.

    Recuperar valores

    He de decir, que de manera personal y como buena conocedora que soy de la importancia que requiere para nosotros la salud mental, intento poner el énfasis o el foco de todo esto en una visión algo más positivista, de tal manera, que esto nos sirva para pensar, reflexionar y sobre todo para adquirir aquellos valores que debido a las prisas que habitualmente solemos llevar en nuestras rutinas diarias, por desgracia, no adquirimos.

    Como por ejemplo podría ser la visión colectivista de mirar por los demás, en lugar de crear sociedades tan individualistas como estábamos acostumbrados a tener, además, de la empatía tan importante en esta gran pandemia global que estamos viviendo, y a apreciar mucho más los pequeños gestos que tenemos la suerte de tener día a día y que apenas valoramos como puede ser un simple abrazo o un beso.

    Autoridades

    No quiero acabar este testimonio, sin mencionar la gran labor que están haciendo las autoridades policiales en nuestro país, así como los profesionales sanitarios en su totalidad, y el sistema de una manera global. Aunque no nos lo creamos todos y cada uno de nosotros somos héroes en esta situación tan difícil y extrema que se nos ha presentado. Desde los niños que han aguantado sin salir de casa, hasta todas las personas que han fallecido luchando con esta gran enfermedad como es el COVID-19.

    Salud Mental

    A pesar de poner todo mi empeño en perseverar mi salud mental, sería muy injusto, si no mencionara que pues como todos he tenido mis días no tan buenos (tampoco me atrevería a decir que malos, pues malos ya los tienen otras personas que han sufrido la enfermedad más de cerca), he llegado a creer que no podría aguantar mucho más tiempo dentro de casa, ni si quiera veía que avanzara, la universidad por un momento me hizo decaer, aunque no sería justo mencionar esto sin decir que pues, como a todo el resto de población, para ellos tampoco está siendo fácil está situación y pues como con todas las medidas que se están llevando a cabo están intentando dar sus mejores servicios al alumnado.

    Por último, me gustaría decir que a pesar de ser una primavera no tan floreciente como nos gustaría, intentemos entre todos ayudar a regar esas plantas en lo más hondo de nuestro ser, para que crezca el agradecimiento a todas aquellas personas que están contribuyendo a que esto salga hacia delante, sobre todo, y no menos importante reflexionar con nosotros mismos para aprender de esta experiencia y crear la mejor versión de nosotros mismos cuando todo esto acabe.

     María Nepomuceno Trujillo

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