
El neurólogo Tomás Segura fue quien, a través de un medio de comunicación internacional, mostró al mundo el colapso sanitario de Albacete en la primera ola del coronavirus, y ahora ha sido quien, en una televisión nacional, ha mostrado al resto de España que Albacete ha sido «punta de lanza» en la investigación de secuelas COVID neurológicas.

El neurólogo albaceteño Tomás Segura interviene en un programa sobre COVID con más de dos millones de espectadores
El programa del periodista Iker Jiménez, con más de dos millones de espectadores, dedicaba la emisión de este miércoles al COVID persistente. Y es que cada vez hay más pacientes, contagiados entre marzo y abril, que presentan secuelas del coronavirus que tienden a cronificarse. Entre las consecuencias, hay patologías que van más allá de la pérdida del gusto y el olfato, como déficit de memoria, cefaleas, parestesias e incluso pesadillas y alucinaciones. En este contexto, el especialista albaceteño intervino como experto en las suelas neurológicas del coronavirus.
No obstante, los mejores artículos científicos sobre las consecuencias del coronavirus en el cerebro antes de la segunda ola se han firmado desde Wuhan, Nueva York, Italia y Albacete. Si en junio el Servicio de Neurología sorprendía al mundo con ALBACOVID, publicando en la prestigiosa revista Neurology, en julio los servicios de Neurología, Neurocirugía, Radiología, Anatomía Patológica y Anestesia publicaban en otra revista científica, Brain.
No hay que olvidar que en Albacete se dieron dos circunstancias, tener científicos punteros en investigación, avalados como el Dr Segura por la Universidad de Castilla-La Mancha y sus facultades de Medicina y Farmacia, y un número ingente de pacientes con coronavirus en sus hospitales. Albacete se enfrentó a 1.683 ingresos de pacientes con COVID-19 durante 50 días.
El 57,4 por ciento de los pacientes desarrolló algún síntoma neurológico, desde los así llamados inespecíficos (mialgias, 17%; dolor de cabeza, 14%, inestabilidad, 6%), hasta la pérdida de olfato, trastornos del gusto o los más graves y específicos, como los ictus, las polineuropatías, y sobre todo, por su frecuencia, las encefalopatías.