
El trasplante de riñón es la mejor opción para desconectar al paciente de la máquina de hemodiálisis, pero no está exento de efectos secundarios que se pueden tratar, como el déficit de vitamina D. Profesionales sanitarios de Castilla-La Mancha han publicado un artículo en el que evalúan la prevalencia de trastornos musculoesqueléticos y metabólicos en pacientes con trasplante de riñón.
El déficit de vitamina D es la patología más frecuente en trasplante de riñón
El texto se ha difundido recientemente en la revista “Trasplant International” y ha sido elaborado por ocho autores: Álvaro Herreros Carretero, Carlos Berlanga Macías, Vicente Martínez Vizcaíno, Ana Torres Costoso, Carlos Pascual Morena, Luis Enrique Hernández Castillejo, Irene Sequí Domínguez y Miriam Garrido Miguel.
Profesionales que desarrollan su labor en la Gerencia de Atención Integrada de Albacete; la Facultad de Enfermería de Albacete de la UCLM; la Facultad de Fisioterapia y Enfermería de Toledo de la UCLM; y el Centro de Estudios Socio-sanitarios de la UCLM de Cuenca
El artículo, titulado “Prevalencia de trastornos muscoloesqueléticos y metabólicos en receptores de trasplantes de riñón: una revisión sistemática y un metanálisis”, se basa en un trabajo de investigación en el que se han analizado 21.879 receptores de trasplante de riñón de 38 estudios.
Como han explicado los autores: “Los trastornos metabólicos podrían estar asociados con trastornos musculoesqueléticos que son comunes después del trasplante de riñón, lo que podría reducir la calidad de vida de los pacientes”.
Resultados
Una vez estudiados los datos, el análisis ha arrojado los siguientes resultados: hasta un 27,2 por ciento de pacientes con trasplante de riñón presenta trastornos musculoesqueléticos, siendo la fuerza muscular baja el trastorno más común (64,5 por ciento). Por lo demás, la proporción global de pacientes trasplantados de riñón con trastornos metabólicos fue del 37,6 por ciento, siendo la deficiencia de vitamina D el trastorno más frecuente (81,8 por ciento).
A nivel clínico, el conocimiento de estos datos permitirá mejorar la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de estas complicaciones, aumentar el bienestar del paciente, reducir el tiempo de recuperación tras la cirugía y evitar el aumento de las hospitalizaciones y la morbimortalidad en los pacientes trasplantados renales.
El equipo investigador ha profundizado que “los trastornos musculoesqueléticos más comunes fueron la baja fuerza muscular, la osteopenia femoral y la baja masa muscular. La hipovitaminosis D, el hiperparatiroidismo y la hiperuricemia también fueron los trastornos metabólicos más comunes”.
La mejor opción
El trasplante renal representa la mejor terapia para pacientes diagnosticados con enfermedad renal terminal. Los importantes avances en las técnicas quirúrgicas y el tratamiento inmunosupresor han llevado a una mejora sustancial en la supervivencia de estos pacientes en las últimas décadas, lo que se traduce en una mayor calidad de vida y menores costos relacionados con el tratamiento en comparación con la diálisis.
La mejora de la calidad de vida del paciente tras el trasplante es evidente aunque es posible presentar algunos efectos secundarios entre los que se encuentran los trastornos metabólicos, en los que se incluyen la hipercalcemia, hipofosfatemia, hiperparatiroidismo e hipovitaminosis D, entre otros, que son comunes en estos pacientes y que tienen el potencial de causar pérdida de densidad mineral ósea. Este déficit conduce a varios trastornos musculoesqueléticos como osteopenia, osteoporosis y sarcopenia, que pueden afectar la calidad de vida de los pacientes trasplantados y deben controlarse.
El proyecto ha recibido una ayuda de investigación del Instituto de Salud Carlos III, Ministerio de Economía y Competitividad, concedida en la convocatoria para la creación de Redes de Investigación Cooperativa Orientadas a Resultados en Salud, cofinanciado con fondos de la Unión Europea-NextGenerationEU.