Aunque el día a día, entre burocracia, listas de espera y falta de recursos, no sea fácil, el contexto sanitario esconde miles de historias con final feliz. Y la iniciativa Hospital Optimista quiere sacarlas a la luz. Igual que el año pasado el pediatra Antonio Cepillo se alzó con el título de Capitán Optimista, en 2018 tres historias de la sanidad pública albaceteña optan al galardón de Historia Optimista.
Entre experiencias de toda España, todas enternecedoras, llama la atención la del primer trasplante de donante vivo llevado a cabo en Castilla-La Mancha, que tuvo lugar el 18 de septiembre del año pasado. Hasta el mes de junio 2017, Carmen Panadero tenía un hijo, Carlos, sano, que acababa de terminar el instituto y se preparaba para dar el salto a la Universidad. En hora y media, una visita a Urgencias por un dolor de cabeza desvelaba que los riñones del joven no funcionaban.
Aquella visita a Urgencias salvó la vida del joven, pero también la cambió. De junio a septiembre, en tres meses, esta madre vio que era compatible con su hijo para darle un riñón y que, de lo contrario, pasaría meses e incluso años esperando y deteriorándose, porque encontrar un donante cadáver compatible y de menos de 40 años no era una tarea sencilla. Hoy, la madre hace un vida totalmente normal con un riñón de menos, y su hijo vive sin depender de la máquina de diálisis con un riñón de más.
Entre los relatos optimistas destacan el de Carmen Panadero y los de la enfermera Encarnación Reaza
La historia de Carmen, Carlos y un riñón se presenta a los galardones con las fotografías de las decenas de profesionales que participaron en este hito. Urología, Nefrología, Medicina Interna, Inmunología, Análisis Clínicos, Salud Mental, Anatomía Patológica, Unidad de Cuidados Intensivos o Anestesia forman parte de la larga lista que se puede atribuir haber cambiado la vida de madre e hijo.
Pero las jornadas del personal sanitario no siempre se miden de hito en hito. El éxito también está en los pequeños detalles. Así, la enfermera Encarnación Reaza Juárez presenta dos historias de las decenas que vive a diario en Hellín, como son los casos de Pedro Requena y Antonio Segura, octogenarios con enfermedades crónicas a los que controla con ayuda de sus cuidadoras. Reaza representa la íntima relación que se establece en Atención Primaria a través de los cuidados y cómo personas mayores, con un sinfín de achaques, afrontan el día a día con optimismo y bajo los consejos y la alegría contagiosa de su enfermera.
Hospital Optimista tiene detrás a organizaciones que quieren reconocer aquellas iniciativas o prácticas positivas que contribuyen a generar un entorno más saludable para el paciente y su familia, valorando de forma especial el esfuerzo de cuidar tanto la salud como las emociones.
Las “Historias Optimistas” se pueden votar hasta el 15 de septiembre.