• Los neumólogos advierten del aumento de la tuberculosis

    La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) advierte que ha habido un aumento de casos de tuberculosis, debido a su demora diagnóstica e infradiagnóstico durante la pandemia. Por este motivo, en junio reclamaba financiación pública, que acaba de conseguir, para un nuevo tratamiento, Bedaquilina. En Castilla-La Mancha, la tuberculosis es una enfermedad controlada, pero no erradicada.

    tuberculosis
    Imagen de archivo de una radiografía de pulmón.

    Los nuevos contagios no responden al tratamiento convencional

    La SEPAR logra financiación pública para un nuevo fármaco

    Muchos de los nuevos casos corresponden a tuberculosis resistente al tratamiento convencional, sobre todo Rifampicina, de ahí la importancia de que haya financiación pública para Bedaquilina, un nuevo antituberculoso con ventajas específicas respecto a los convencionales.

    “Este fármaco ha supuesto un cambio de paradigma en el tratamiento de esta patología con los nuevos regímenes acortados orales, pasando a poder tratar los casos más graves en 6-12 meses en vez de 18-24 meses, utilizando menos fármacos y todos orales, y con una reducción significativa de la mortalidad, mayores tasas de curación con menos efectos adversos y mejor adherencia a los tratamientos”, explicaban recientemente desde la SEPAR.

    Ante estos datos, la OMS ha tenido que reestructurar su clasificación de fármacos antituberculosos por orden de efectividad, situando a la Bedaquilina en primer lugar en el grupo A, mientras que el fármaco que financiaba el Sistema Nacional de Salud (SNS) como alternativa, Delamanid, se encuentra ubicado en el último grupo C, debido a la falta de evidencia actual publicada.

    Un tratamiento de 23.000 euros

    El tratamiento con Bedaquilina (Sirturo) de 24 semanas cuesta 23.000 euros, mientras que el Delamanid (Deltyba) vale 20.000 euros. Con estos argumentos, la SEPAR solicitaba a las autoridades sanitarias que facilitaran el acceso al uso de medicamentos de contrastada eficacia para hacer frente a la tuberculosis multirresistente, como es la Bedaquilina. Y este 1 de septiembre, finalmente, se publicaba la resolución de financiación.

    Tuberculosis, una enfermedad de declaración obligatoria

    La tuberculosis es una enfermedad de declaración obligatoria. El médico que la diagnostica tiene la obligación de informar a los epidemiólogos de la Consejería de Sanidad, por lo que cada vez que se detecta un nuevo paciente se trata y se investigan los posibles contagios. Atrás quedaron los años en los que incluso había hospitales de tuberculosos, como ocurrió en Albacete con el de Los Llanos, hoy derruido.

    La tuberculosis está controlada, no erradicada

    Y es que en el caso de Castilla-La Mancha, esta enfermedad está controlada, pero no erradicada. Si bien aquí se detectan casos aislados todos los años, un tercio de la población mundial está infectada. Eso sí, aunque millones de personas tengan el bacilo, sólo un pequeño porcentaje desarrollará la enfermedad. Los enfermos de sida, por ejemplo, tienen más probabilidades, de ahí que la lucha contra el VIH vaya ligada a la batalla contra la tuberculosis.

    Se detectan casos aislados todos los años

    Pero si el sida es un virus relativamente joven, la tuberculosis es tanto o más vieja que la peste. El internista Juan Carlos Segura, del Hospital General Universitario de Albacete, recuerda en una ponencia que en el Neolítico ya existía. Conocida también como tisis o como «La gran plaga blanca», Galeno describió la tuberculosis como «una ulceración de los pulmones, el tórax o la garganta, con tos, fiebre y consunción del cuerpo por el pus».

    El bacilo se descubrió en 1882

    Las mujeres tísicas, blancas y delgadas, llegaron a convertirse en un ideal romántico. Así, la enfermedad aparece en La dama de las camelias o La Traviata. Pero, en cualquiera de los casos, el bacilo que la produce no se descubrió hasta el año 1882.

    Hoy la tuberculosis tiene vacuna y tratamiento, pero se debe vigilar esa resistencia porque mata a más de un millón de personas al año. En España, el sistema de vigilancia epidemiológica ha permitido hasta ahora aislar los casos y actuar a tiempo.

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