• Urgencias y “el dilema del bote”

    Las Urgencias albaceteñas despiden un verano complicado por una avería que no tiene visos de resolverse. Y es que el servicio cuenta con el conocido como “bote”, un sistema que comunica, mediante un tubo, con Farmacia y Laboratorio, permitiendo el intercambio de material. Pues bien, estropeado durante julio y agosto, ha obligado al personal auxiliar a pasarse la jornada subiendo y bajando escaleras, llevando y trayendo fármacos y análisis. Esta situación supone una pérdida de tiempo y personal que repercute en la atención a los pacientes. 

    El Servicio de Mantenimiento advirtió hace meses a la Dirección de Gestión del Hospital General Universitario de Albacete de que las reparaciones cada vez eran más complicadas y se tardaba más tiempo, por lo que había que tomar una solución para “el dilema del bote”.

    Al final, un servicio como Urgencias, que necesita a todo el personal a pleno rendimiento porque atiende a una media de 500 pacientes al día, ha tenido a los auxiliares haciendo constantes viajes a Farmacia y Laboratorio, ya que en la mayoría de los casos se requieren tanto calmantes y tratamientos como analíticas.

    Las continuas idas y venidas a Farmacia y Laboratorio han retrasado la atención a los pacientes de Urgencias

    El resultado de este panorama, tal y como explica una queja que ha llegado a www.diariosanitario.com, es que “Enfermería no dispone de ayuda para atender a los pacientes; los facultativos exigen más rapidez y los pacientes esperan más”.

    Urgencias se enfrenta a la presión asistencial, al “dilema del bote” y al hecho de que tiene que asumir que el hospital ha perdido un TAC, ya que el de radioterapia, obsoleto y sin piezas de repuesto, está inservible. Mientras llega uno nuevo, todo el hospital, incluidas las Urgencias, tienen que asumir el mismo trabajo con una máquina menos.

    Esta avería, como la del TAC de Radioterapia, estaba advertida

    La provincia de Albacete cuenta ahora mismo con seis TAC, tres en Albacete y uno en cada uno de los hospitales, tanto en Hellín como en Almansa y Villarrobledo. Ahora tramita de forma urgente el séptimo, pero espera su llegada desde primeros de agosto.

    No faltan las críticas políticas a un hospital, el de Albacete, que mientras espera la prometida reforma y ampliación -lleva más de una década en los planos-, ve cómo averías cotidianas, que se deberían haber subsanado a tiempo, retrasan el trabajo de los profesionales. Y es que estaban advertidos tanto “el dilema del bote” como la inminente y definitiva avería del TAC.