• El uso prudente de antibióticos es ‘vital’

    España se encuentra entre los países que más han reducido el uso de antibióticos, con una caída del 6,7%. Frente a un 2,5% en la Unión Europea entre 2019-2022. Si bien, España se sitúa como el séptimo con un mayor consumo de estos medicamentos. Hoy se celebra el Día Europeo para el Uso Prudente de los Antibióticos y los expertos recuerdan la importancia de no abusar de estos medicamentos. Castilla-La Mancha cuenta con un Plan Regional frente a la Resistencia de los Antibióticos.

    En concreto, la media europea estaba en 2022, último dato disponible, en 19,4 Dosis Diarias Definidas por mil habitantes y día (DHD). Mientras que en España alcanzaba las 23,2 DHD. Esta es una de las conclusiones del informe “Panorama de las resistencias microbianas y nuevos antibióticos”, que ha elaborado el Consejo General de Colegios Farmacéuticos.

    El documento realiza una profunda revisión de la situación actual de las resistencias microbianas y la disponibilidad de nuevos antibióticos. Un problema en el que se ha avanzado, como confirma la reducción de las cifras de consumo desde que se implementó el Plan Nacional frente a la Resistencia a los Antibióticos (PRAN). Pero que a pesar de todos estos esfuerzos, continúa siendo una de las mayores amenazas a la salud pública global en el siglo XXI.

    En este escenario, el desarrollo de nuevos antibióticos ha sido hasta ahora insuficiente para compensar la creciente aparición de resistencias. En el último lustro –desde el 1 de enero de 2020–, en España únicamente se han incorporado cinco nuevos fármacos antibióticos –oritavancina, delafloxacino, cefiderocol y las combinaciones de meropenem/vaborbactam e imipenem/cilastatina/relebactam– de los siete últimos autorizados en la UE, que incluyen también a lefamulina y cefepima/enmetazobactam.

    Importancia de la vacunación

    Entre las estrategias para evitar el problema de las resistencias antimicrobianas hay que destacar la importancia de la vacunación y de enfoques farmacoterapéuticos innovadores. Por ejemplo, a partir de anticuerpos monoclonales. O la terapia con fagos o fagoterapia, un enfoque terapéutico que emplea bacteriófagos, que son virus que infectan y destruyen bacterias. Ello con el objetivo de tratar infecciones bacterianas.

    En cuanto a las vacunas, el informe destaca que son otro elemento fundamental en la lucha contra las enfermedades infecciosas. Van mucho más allá de su función primaria de prevención individual, ya que también contribuyen a la inmunidad colectiva. Reduciendo la transmisión de patógenos dentro de la comunidad.

    Además, más allá del aspecto sanitario, las vacunas son una estrategia extremadamente coste-eficiente. En un reciente estudio realizado en España, se ha estimado que cada euro invertido en el Calendario Común de Vacunación reporta entre 2,91 y 4,58 euros. Con un beneficio económico total de alrededor de 800 millones de euros.

    Papel del farmacéutico

    El farmacéutico, desde sus múltiples ámbitos de actuación asume una inequívoca responsabilidad y oportunidad de actuación en el control de las resistencias antimicrobianas.

    Uno de los papeles fundamentales de los farmacéuticos, en el marco del desarrollo de los Servicios Profesionales Farmacéuticos Asistenciales, es la educación sanitaria. En este sentido, la farmacia comunitaria constituye un establecimiento sanitario de especial relevancia en el que se ofrecen una serie recomendaciones básicas en relación a la dispensación de antibióticos. Son, entre otras:

    • Derivación al médico ante un síntoma que identifique con alguna enfermedad infecciosa. Alertar del peligro del autodiagnóstico que pueda conducir a una errónea automedicación.
    • Negación de la dispensación de un antibiótico sin la correspondiente prescripción médica, tanto por motivos legales como sanitarios. 
    • Insistir a la población en que muchas enfermedades comunes de causa microbiana, como la gripe o el resfriado, no son producidas por bacterias sino por virus o, en todo caso, por otros microorganismos diferentes de las bacterias y, por tanto, el uso de antibióticos resulta completamente inútil y además facilita la selección y proliferación de bacterias resistentes al antibiótico improcedentemente utilizado.
    • Informar de que la utilización de restos de tratamientos antibióticos previos supone un grave riesgo para la salud, tanto por su uso inadecuado como por la posibilidad de que estén deteriorados (caducados o estropeados por un almacenamiento en condiciones improcedentes). Por ello, tales restos deben ser llevados a la farmacia, para que a través de ella se proceda a su recogida en los puntos SIGRE en las condiciones ecológicas adecuadas.
    • Insistir al paciente en la necesidad de cumplir el tratamiento completo, aunque mejoren antes los síntomas. Si se interrumpe el tratamiento antes, se corre el riesgo de que la bacteria patógena vuelva a reproducirse y desarrolle mecanismos de resistencia frente al antibiótico utilizado, produciendo así una infección potencialmente más grave y facilitando la diseminación de cepas resistentes.
    • Recordar que los antibióticos son fármacos generalmente seguros aunque, como todo medicamento, pueden producir efectos adversos en algunos casos:
      • La alergia a determinados antibióticos (particularmente, a los betalactámicos) es uno de los efectos adversos más conocidos y habituales; por ello, el paciente debe estar informado si es alérgico.
      • La persistencia de diarrea durante más de dos días consecutivos durante o inmediatamente después de un tratamiento antibiótico hace aconsejable la consulta al médico.

    Plan Regional

    Cabe recordar Plan Regional frente a la Resistencia de los Antibióticos se enmarca en el Plan de Salud de Castilla-La Mancha Horizonte 2025. Lo hace de modo transversal, con el objetivo de promocionar y mejorar el uso de antibióticos, reducir la aparición de resistencias, sensibilizar a los estamentos implicados. Y en definitiva, abordar los resultados en salud de las ciudadanía desde una perspectiva global.
     
    Es una herramienta esencial para afrontar el grave problema de salud pública que supone el incremento de infecciones producidas por bacterias resistentes al tratamiento con antibióticos. En consonancia con las políticas nacionales e internacionales sobre la materia.
     
    Este plan establece las bases para el inicio, desarrollo e implementación de los programas de Optimización de Uso de Antibióticos en el ámbito hospitalario y comunitario de Castilla-La Mancha.
     
    El PRAN de Castilla-La Mancha identifica seis líneas estratégicas con sus correspondientes objetivos: vigilancia del consumo y la resistencia a los antibióticos. Además de control de la resistencia a antibióticos; prevención de la necesidad de uso de los antibióticos. E investigación; formación específica y comunicación y sensibilización de profesionales y ciudadanos.

    Un comentario

    1. Isidoro Jiménez Rodríguez

      Otro punto de vista.
      HABLEMOS DE MALA PRAXIS MÉDICA.

      Frente a la negligencia, o error involuntario, la mala praxis implica el cometer tal fallo cuando se puede prever y advertir con anterioridad. En una sanidad brutalmente medicalizada como la castellano-manchega, podemos hablar más bien de mala praxis en la utilización de antibióticos y otros fármacos, como puede ser los ansiolíticos, o la de otros medicamentos sin una evidencia curativa demostrada.
      El resultado de tales acciones negligentes, totalmente faltas de la diligencia y éticas profesionales, siempre se traduce en efectos lesivos para el paciente.
      Es una pena que la Unión Europea, en lugar de “marear la perdiz”, no se decida a atacar el problema. O lo que es lo mismo, en lugar de hablar de “uso prudente de antibióticos”, no refleje la “mala praxis profesional” que se está produciendo.
      No debe sorprendernos que el ocurrente Sr. Fernández, nuestro peculiar consejero, haya promovido un plan regional frente a la resistencia de los antibióticos, pues sería escandaloso permanecer de brazos cruzados frente a este problema originado por sus colegas, los médicos.
      Considero que el uso prudente de antibióticos no es que deba ser “vital”, como se señala en el titular de la noticia. Por el contrario, el empleo adecuado, o prescripción correcta, de cualquier fármaco, es un derecho fundamental e irrenunciable del paciente. Son dos conceptos diferentes.

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