• ¿Cuándo se fabricará la vacuna española del COVID?

    Numerosas vacunas contra el COVID-19 ya están circulando por el planeta. De fabricación rusa, china, estadounidense, británica, india, alemana o, incluso, cubana, el antídoto contra el virus se ha convertido en un elemento muy preciado para mejorar la reputación internacional de los Estados y aumentar su influencia sobre determinadas regiones del mundo.

    vacuna española COVID

    Enjuanes, Barbacid, Larraga, Esteban y Bouza analizan la situación de la vacuna española

    Los casos de Israel y Reino Unido demuestran que la vacunación masiva es eficaz, y que los países más avanzados en inmunizar a su población tendrán la ventaja de poder reiniciar su economía antes que otros. En este contexto, la pregunta es: ¿Cuándo comenzará a fabricarse la vacuna española contra el Covid-19? En este sentido, son varios los proyectos en los laboratorios españoles con indicios de éxito a corto plazo.

    Entre los más avanzados están los tres proyectos que se desarrollan en laboratorios del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), dirigidos por los virólogos Luis Enjuanes (en el Centro Nacional de Biotecnología), Vicente Larraga (en el Laboratorio de Parasitología Molecular del Centro de Investigaciones Biológicas Margarita Salas) y Mariano Esteban (con el grupo de Poxvirus y Vacunas del Centro Nacional de Biotecnología). El debate estuvo moderado por Mariano Barbacid, jefe de Oncología del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas y patrono de la Fundación Alternativas.

    Esteban recordó que un virus de la misma familia que el del COVID, el de la viruela, causó una de las “mayores pandemias de la Humanidad”, y gracias a un programa de “vacunación masiva” en la década de los sesenta se consiguió erradicar la enfermedad. El científico comentó que en el laboratorio en el que trabaja tratan de entender el “comportamiento de esta familia de virus, y cómo lo podemos aplicar para tratar de corregir otros agentes infecciosos, porque este es un virus ADN que tiene una gran plasticidad, en el que se pueden introducir con facilidad genes de otros patógenos”.

    Cien por cien en ratones

    Según aclaró Esteban, utilizando una variante de la vacuna de la viruela “hemos introducido genes del coronavirus para conseguir un antídoto contra el covid. Primero hemos demostrado que la respuesta inmune se cumplía en modelos animales, y que les protegía frente al patógeno. Lo hemos conseguido en ratones, con un 100% de eficacia, y estamos en fase de prueba en macacos. Una empresa española ya nos ha proporcionado un lote para las fases clínicas, y dependemos de que las agencias reguladoras nos lo aprueben”.

    La vacuna de Enjuanes responde ante las variantes

    Enjuanes explicó que ‘su’ vacuna está “basada en un RNA que es autorreplicativo y que está derivado del propio genoma del virus. Llevamos muchos años trabajando con coronavirus y hemos comprobado todos los principios básicos del concepto que estamos desarrollando, que cuando se administra en animales proporciona una inmunidad esterilizante. También, hemos incorporado unos determinantes antigénicos que dan cuenta de las nuevas variantes que han surgido, como la del Reino Unido, Suráfrica y Brasil, y pronto incorporaremos la de la India”.

    En este momento, el laboratorio de Enjuanes trabaja en una vacuna químicamente definida, “que gusta mucho a las empresas porque no les gusta trabajar con vacunas vivas que puedan evolucionar y retroceder a una forma virulenta, y consta de un replicón autoamplificativo RNA y de un sistema de ‘delivery’, porque son moléculas muy sensibles a la degradación en medios biológicos y necesitamos protegerlos y proporcionarles un sistema mecánico que les permita internalizarse en las células; y además cumple la misión de potenciar la respuesta inmune”.

    ADN sintético

    Larraga, por su parte, adelantó que su proyecto se basa en una vacuna de ADN sintético en la que “hemos puesto todas las señales, de forma que cuando introducimos el gen del virus es capaz de entrar en las células de la persona a la que se va a inmunizar, va al núcleo, y hace que su maquinaria sintetice estas proteínas del virus SARS. Lógicamente, el sistema inmune las reconoce como foráneas e inmediatamente monta la respuesta inmune protectora.

    “Si no hubiéramos sido capaces de desarrollar una vacuna contra la leishmaniosis canina, no habríamos podido ponernos a trabajar en esta vacuna y con esta urgencia. Pero cuando ya hay vacunas en el mercado, hay que ofrecer un producto competitivo o, al menos, igual de eficaz en la protección y, por ejemplo, con menos efectos secundarios. Esta enfermedad que, afortunadamente estamos venciendo como epidemia, ha venido para quedarse, por lo que cuanto mejor sea la vacuna que consigamos mayores posibilidades tendremos de combatirla. Estamos terminando la fase preclínica, pero la ciencia siempre te pone en tu lugar. Creo que para finales de año o comienzos de próximo estaremos en condiciones de terminar la fase clínica”, dijo el científico.

    “Nadie hubiera apostado por tener varias vacunas en ese tiempo, con una eficacia clínica demostrada”

    Emilio Bouza, profesor emérito de la Universidad Complutense y asesor de la Comunidad de Madrid, recalcó que, desde el punto de vista científico, “llevamos un año y medio de extraordinarios éxitos, porque nadie hubiera apostado por tener varias vacunas en ese tiempo, con una eficacia clínica demostrada”. El experto recordó que “antes de sacar una vacuna hay que recorrer el penoso camino de las fases preclínicas y clínicas. Se han producido de cuatro a ocho episodios de trombos por millón de habitantes, con una mortalidad sustancial, por lo que hay que seguir estudiando la eficacia y buena tolerancia de los antídotos”.

    A su juicio, las vacunas españolas tienen “mucho que aportar, entre otros aspectos un grado de seguridad mayor que el de las actuales, y un espectro mayor que incluya la variante surafricana. No conocemos el tiempo de protección que van a dar las vacunas que tenemos en el mercado actualmente, aunque han demostrado reducir la enfermedad grave y la mortalidad, pero no tienen una capacidad absoluta contra la infección y, por tanto, la posibilidad de transmisión”.

    Universidad de Zaragoza

    Además de los tres proyectos del CSIC, hay investigaciones en marcha en la Universidad de Zaragoza -donde se estudia una posible modificación de una vacuna que se está desarrollando contra la tuberculosis-, o en el Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi i Sunyer (IDIBAPS).

    Entre los proyectos más avanzados destaca también el de la farmacéutica Hipra, que tiene sus laboratorios en la localidad gerundense de Amer, y que prevé iniciar los ensayos clínicos de su vacuna, basada en una proteína recombinante desarrollada por la propia empresa, el próximo mes de junio, empezar a producirla en octubre y fabricar 400 millones de dosis durante el próximo año 2022.

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