• Veterinarios: una misión sanitaria ‘crucial’

    Los veterinarios juegan un papel crucial como personal sanitario, pero son los grandes desconocidos para la opinión pública. En España, ni un solo alimento llega a la mesa sin que ellos garanticen su seguridad. Son un pilar fundamental de la Salud Pública, tanto es así que incluso en una plaza de toros son imprescindibles para la salud humana y animal.

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    De izquierda a derecha, los veterinarios César Julián Fernández-Cabrera Gutiérrez, Armando Rodríguez López y José Carlos Ramírez Hernández.

    Doce veterinarios velan por la Salud Pública y la sanidad animal en la Plaza de Toros de Albacete

    Una feria taurina como la de Albacete necesita al equipo del Dr Pascual González Masegosa para garantizar la atención médica, pero nunca podría celebrarse sin los 12 veterinarios que velan por la salud pública, la sanidad animal y los requisitos que exige la lidia.

    Si los veterinarios no dan luz verde, no hay corrida de toros. Y es que no sólo garantizan que los animales estén en perfecto estado, que se hayan criado bajo los estrictos cánones de la lidia, también repasan cada uno de los pasos que haya dado el toro hasta asegurar que su carne es apta para el consumo humano.

    Es más, los veterinarios taurinos, como es el caso de César Julián Fernández-Cabrera Gutiérrez, Armando Rodríguez López y José Carlos Ramírez Hernández, que forman parte del equipo de la Plaza de Toros de Albacete, tienen que garantizar que el animal cumple con los principios fundamentales del toreo y la lidia. Integridad y trapío son fundamentales, es decir, debe ser un animal bravo y entero. Hay que supervisar desde los cuernos hasta las extremidades junto con la respuesta, que debe ser el instinto para empitonar.

    La salud del toro de lidia es un asunto tan serio que, en caso de que el veterinario detecte síntomas de dopaje, le tomará muestras que la Policía Nacional custodiará hasta la capital de España para confirmar o descartar la infracción.

    Carbunco, lengua azul, tuberculosis y brucelosis

    Y es que el veterinario, que también es responsable de los caballos que participen en el festejo, revisa al toro incluso después de que haya sido sacrificado. Como personal sanitario, debe vigilar por qué zonas ha viajado el animal hasta llegar a la plaza, descartando en la actualidad enfermedades como carbunco, lengua azul, tuberculosis o brucelosis. Al criarse al aire libre, con los animales salvajes como el jabalí y el ciervo, el toro está expuesto a las mismas infecciones que estos.

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    Veterinario taurino

    El veterinario taurino es una especialidad más que requiere una formación específica. Además, tal y como han explicado César Julián Fernández-Cabrera Gutiérrez, Armando Rodríguez López y José Carlos Ramírez Hernández, se les presupone una pasión por el toreo sin la que no podrían llevar a cabo su labor.

    Para velar “por la pureza e integridad del toro de lidia”, a finales de los años ochenta del pasado siglo nació la  Asociación de Veterinarios Especialistas en Espectáculos Taurinos (AVET).

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