Hablando con mi peluquero

El neurocirujano Vicente Calatayud pide a la población que no forme parte “de este silencio atroz que nos está llevando al desastre”

No sé cómo empezar, pero si soy sincero tampoco sabría como acabar. Hoy he estado con mi peluquero, como diría la gente importante. Alguien que ha conseguido lo que tiene a base de esfuerzo personal, de sacrificios personales, de trabajo duro. Y hemos hablado, hemos hablado como se hacía antes y se sigue haciendo hoy, cuando hay una conexión personal, cuando las personas somos eso personas, y nos relacionamos como tales.

Hemos hablado de Albacete, transportando hechos y situaciones de España, pero como se decía antes, todo queda entre nosotros, lo que se habla en la peluquería se queda en la peluquería.

Nuestra ciudad esta experimentando cambios importantes. Sin ir mas lejos a partir del lunes se cierra el centro al movimiento de vehículos, la zona peatonal se amplía. No es necesario entrar en detalles.

Todo lo que pasa y todo lo que no pasa, no nos engañemos, depende de la voluntad única y exclusivamente de nuestros políticos. Ellos deciden cuándo, cómo y de qué manera, independientemente de las necesidades reales de la población. Viven en mundo irreal, lejanos a la realidad en la que vivimos los ciudadanos de a pie.

Todos estamos viviendo un infierno que en algunos lugares lo ha denominado lucifer, me refiero a la ola de calor, que a su vez se acompaña, como no se cansa de repetir la prensa y los diferentes medios de comunicación, con una subida incontrolada del precio de la luz. Cifras escalofriantes para las que, por otra parte, nuestros gestores son incapaces de dar una explicación. Una vez más, es Europa y las distintas multinacionales, qué le vamos a hacer.

Y, desde el punto de vista sanitario, ¿cómo seguimos? Partiendo de la base que nuestro hospital es un desastre. Ya han empezado las obras de la reforma, son geniales, pero realmente qué han hecho, nada.

Pero les recuerdo que en Albacete solo hay una resonancia pública, lo demás son mentiras.

Y el Hospital de Toledo, el buque insignia, no navega como debiera

Y quiero recordarles que el nuevo buque insignia de la sanidad de Castilla- La Mancha, el hospital de Toledo, aun sigue anclado y no navega como debiera.

Toledo, Albacete, Cuenca… da igual. Años, décadas de promesas incumplidas que, hasta las próximas elecciones, se transformarán en fotografías con casco. Después, ya veremos.

En fin, una muestra más de las muchas mentiras que consentimos de los que teóricamente velan por nosotros. Las consentimos, las toleramos y desde nuestro silencio las apoyamos como decía mi peluquero un profesional como la copa de un pino, que él y yo sabemos quién es y que desde aquí le mando un fuerte abrazo por animarme a expresar lo que pienso, y no formar parte de este silencio atroz que nos está llevando al desastre.