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Desde Albacete partimos hacia Bogarra y nos desviamos en Potiche para, una vez ahí, bajar a Vizcaínos. Nos esperaba una grata sorpresa, una brevísima ruta junto al río propia de la selva que describía Joseph Rudyard Kipling. De nuevo, salimos a caminar el equipo B de los andarines de Diario Sanitario, por lo que la ruta, en principio circular, acabó siendo de ida y vuelta por prudencia.
Nuestro verdadero objetivo era el bar de Maribel, en Potiche, donde aspirábamos a repetir unos huevos fritos con patatas del montón. Pero, para disimular, buscamos una ruta en Wikiloc que nos diera un paseo por la zona. Así, dejamos el coche en la primera construcción de Vizcaínos, una casa rural de lujo; nos calzamos y empezamos la caminata.
Desde el primer paso, aunque comenzamos en un camino más civilizado de lo que acostumbramos, el paisaje nos obligaba a levantar la vista. Para empezar, nos sorprendieron unas esculturas, de tinte religioso, estratégicamente esculpidas, una de ellas en un cortado.
Finalmente, un puente de piedra nos daba paso a la senda que nos bajaba al margen del río Bogarra. A partir de ahí, el discurrir del agua y la vegetación salvaje nos transportaron a otro mundo. Avanzamos despacio, apreciando cada rincón, sorteando los espinos, escuchando el silencio y añorando a nuestro compañeros.
La meta era Maribel
La senda avanzó sin complicaciones hasta llegar a un reducido claro donde, por más que lo intentamos, arañazos y enganchones incluidos, no vimos manera humana de avanzar si no era cruzando el río. Y el caso es que justo donde se perdía la senda habían talado un árbol que cruzaba de margen a margen del río. Sin embrago, nos dio miedo caernos, no tanto por el golpe como por un chapuzón que nos habría obligado a volver a casa. Finalmente, fascinados por el paisaje, regresamos por donde habíamos venido y trazamos la circular paseando por la pista para regresar de nuevo al coche y a nuestro verdadero destino de una mañana de sábado, en noviembre, el bar de Maribel, en Potiche.
Consejos para cualquier ruta
A continuación compartiremos la confusa ruta que hicimos por si alguien quiere llegar a estos rincones mágicos, pero recordamos que antes de salir hay que medir muy bien los tiempos, que en esta época anochece muy pronto; llevar siempre agua y frutos secos; los móviles cargados; buen calzado y la prudencia suficiente como para regresar cuando el paso siguiente no esté claro. Eso sí, Vizcaínos es otra visita obligada en el paraíso que nos descubre cada semana la provincia de Albacete.
