Ha sido una asociación, Yo me pido vida, la que ha dado el paso para que el acompañante del paciente en aislamiento no pase meses durmiendo en un sillón. Un gesto tan sencillo como donar sofás para esas habitaciones supondrá un respiro para los duros meses de incertidumbre. De hecho, cuando Yo me pido vida propuso dar el paso la Gerencia del Hospital General Universitario de Albacete y El Corte Inglés se prestaron voluntarios.
«Un gesto como cambiar un sillón por un sofá-cama supone mucho«
El pasado mes de septiembre la asociación Yo me pido vida consiguió materializar un sueño que empezó a forjar en enero. Se fijó como proyecto principal la donación de cuatro sofás-cama a las habitaciones de aislamiento de la sexta planta del Hospital Universitario. Y es que estas habitaciones las ocupan pacientes oncológicos de larga estancia.
Uno de los socios de Yo me pida vida, organización centrada en la promoción de la donación de médula, Jesús Valcárcel, estuvo aislado durante mes y medio. Su hermano y su mujer se turnaron para dormir en un sillón hasta que no pudieron más y acabaron en el suelo con un colchón hinchable.
Donaciones
Los socios, la mayoría pacientes de cánceres hematológicos, recordaron sus etapas de aislamiento y decidieron que había que hacer algo por quienes llegaran detrás de ellos. Empezaron a moverse y vieron que los sofás que necesitaban tenían que ser especiales, tal y como los que se fabricaban para El Corte Inglés de Albacete. Cuando el centro comercial supo lo que buscaba la asociación insistió en donar dos de las cuatro unidades que necesitaba. El gerente del Complejo Hospitalario, Ibrahim Hernández, que reconoció que no era consciente de esta situación, no dudó en que el centro sanitario aportara dos sofás más.
Así, desde el mes de septiembre, las cuatro habitaciones de aislamiento del Hospital General Universitario de Albacete cuentan con unos sofás-cama para que pacientes y acompañantes puedan hacer más llevadero su aislamiento. Desde entonces, Yo me pido vida está recibiendo los mensajes de agradecimiento de familiares y pacientes que pasan por el duro proceso que supone afrontar el tratamiento encerrado en una habitación, sin más contacto con el exterior que una ventana.