• Efectos del zapato de tacón: desde juanetes hasta artrosis

    A las puertas de la Nochevieja, cabe recordar que el uso de zapatos con un tacón muy alto puede provocar, según advierten los podólogos, molestias desde leves a severas en los pies, como hinchazón, callos, durezas, juanetes o dedos en garra, incluso dolor de espalda. Ampollas, rozaduras, sobrecarga metatarsal y dolor en cualquier parte del pie son los motivos de consulta más frecuentes.

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    Los podólogos aconsejan moderación en el uso de los zapatos de tacón.
    • Los 26 huesos, 33 articulaciones, 19 músculos y más de 100 tendones permiten al pie sus seis movimientos fundamentales: flexión, extensión, aducción, abducción, pronación y supinación.

    El tacón debe ser ancho y no superar los 5 centímetros de alto

    Sin embargo, el dolor no es el único problema que producen los tacones. Su uso puede predisponer a sufrir lesiones en el tobillo, tales como esguinces y provocar diversas afecciones que van desde tendinitis, juanetes,dedos en garra o martillo, hasta artrosis y artritis en las rodillas.

    Con estos argumentos, el Colegio Oficial de Podólogos de Castilla-La Mancha consciente de esta realidad aclara que buena parte del dolor reside en la estrechez de la horma del zapato o en la altura del tacón empleado, en el caso de las mujeres.

    Por ello, insiste que es recomendable utilizar un zapato que tenga un tacón de entre 3 y 5 centímetros, que éste sea ancho para aportar mayor estabilidad y que tenga una horma que se adapte al ancho natural del pie para no presionarlo.

    Los podólogos advierten de que los zapatos de tacón también deforman los dedos

    El uso frecuente y prolongado de zapatos de tacón (a partir de cinco centímetros) altera, tal y como advierten los podólogos a través de su Colegio, la biomecánica de la marcha ya que al caminar la espalda tira un poco hacia delante y se llegarán a producir modificaciones estructurales que afectarán al tobillo, las rodillas, las caderas y la columna vertebral. Los tacones elevan el talón y desplazan el peso hacia delante, y este exceso de presión hace que los dedos se puedan deformar.

    El tacón acorta la musculatura

    El uso de un tacón excesivamente alto hace que al caminar con tanta inclinación, la musculatura de la pierna, especialmente los gemelos y el sóleo, se contraen y quedan más cortos de lo normal. Por tanto se atribuye el acortamiento de la musculatura como una de las secuelas que conlleva el uso continuado de tacones. Este problema explica las fuertes molestias que tienen muchas mujeres cuando dejan de usar tacones incluso algunas aseguran no saber caminar.

    A pesar de la incomodidad, el acortamiento es un mal reversible. Por ello, los podólogos recomiendan ir reduciendo el tacón de los zapatos de forma progresiva, y no quitarse los 10 centímetros de golpe, además de realizar ejercicios de estiramiento de la musculatura posterior de la pierna.

    Siempre piel

    Además, se recomienda que el zapato sea de buen material, porque lo barato sale caro; que el calzado sea de piel, en lugar de plástico, charol o material sintético.

    Rodillas

    Los podólogos recuerdan que las lesiones en los pies son hasta cuatro veces más frecuentes en las mujeres que en los de los hombres, y los podólogos lo atribuyen al uso excesivo de tacones. Pero, además, insisten en que no sólo los pies sufren las consecuencias de llevar un calzado inadecuado, también las rodillas y la espalda debido a que los tacones desplazan el peso del cuerpo hacia delante, aumentando así la presión sobre los dedos y obligando a adoptar una postura corporal que compense este desequilibrio, lo que hace que todas las articulaciones se resientan.

    Con moderación

    No obstante, los podólogos de Castilla-La Mancha puntualizan que no están en contra de los zapatos de tacón, pero se debe tener en cuenta que hay que usarlos con moderación y que son para llevarlos un período corto de tiempo.

    Además, los podólogos aseguran que antes de que aparezcan cambios importantes si la persona nota dolor, inflamación o callosidades es cuando será el momento de acudir a un podólogo colegiado y titulado, que es el especialista en pie y tobillo y podrá diagnosticar y tratar los problemas lo antes posible para evitar futuras dolencias y deformidades más severas.

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