• Atraco a punta de pistola en una farmacia

    “Ha llegado con su gorra y unas gafas y, apuntando con una pistola, nos ha pedido que no lo mirásemos y que le diéramos todo el dinero de la caja”. Así contaba el atraco a la Farmacia Lucrecia Juncos, en la calle Donantes de Sangre de Albacete, una de las tres empleadas con las que ha coincidido el ladrón cuando entraba a las doce de la mañana en la botica. Ana Sánchez trabaja desde hace 13 años en esta oficina de farmacia, situada enfrente del Hospital Perpetuo Socorro, y nunca había sufrido el más mínimo altercado.

    En cuestión de segundos, un hombre, tranquilo y sin acento, se ha llevado todo lo que había en la caja. Le ha pedido a las tres empleadas que se encerraran en el baño y contaran hasta cien, pero ellas no han dudado en llamar a la Policía Nacional en cuanto han escuchado que se marchaba del local.

    A los cinco minutos del atraco, la farmacia estaba llena de usuarios, por lo que las empleadas están convencidas de que el atracador tenía todo muy estudiado. En cuanto ha visto que el local se quedaba vacío, ha entrado con la idea de resolver todo en un minuto. Y así ha pasado. A plena luz del día, en hora punta, con una pistola, el rostro cubierto y sin tocar nada. Ha sido tan rápido, que las tres empleadas no acertaban a describir a quien, además, ha insistido en que no lo miraban mientras sujetaba un arma.

    Ana Sánchez ha reconocido que seguían trabajando, con aparente tranquilidad, porque aún no se pueden creer lo que ha pasado y, sobre todo, que las tres estén bien. No obstante, la joven ha reconocido que tiene miedo a que él las tenga localizadas mientras ellas desconocen por completo su identidad.

    El comisario jefe de la Policía Nacional, Francisco Roldán, ha confiado en que se detenga pronto al atracador, al tiempo que ha reconocido que hacía años que no se registraba un altercado de estas características en una farmacia.