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La presencia de fármacos en las aguas de ríos tan cercanos como el Júcar es una consecuencia directa tanto del abuso de medicamentos como de su mal uso.
Ni se deben almacenar medicinas en las casas ni tirarlas sin control. En estos momentos, en las farmacias de la provincia de Albacete hay 233 puntos Sigre, es decir, contenedores de reciclaje, dentro de las oficinas, donde los usuarios pueden retirar los fármacos caducados o las sobras de tratamientos que ya han terminado.
Los albaceteños cuentan con más de doscientas oficinas de farmacia dispuestas a recoger los fármacos caducados o las sobras de viejos tratamientos
Al punto Sigre se deben llevar las medicinas en sus envases originales, ya estén llenos o vacíos. Y es que gestos como vaciar jarabes en el lavabo, lavar recipientes en las fregaderas o tirar pastillas por el inodoro son gestos que traen consecuencias tan peligrosas como el hecho de que se hayan detectado antiinflamatorios y antibióticos en los peces del río Júcar.
No se tiran al contenedor de la farmacia ni las jeringuillas, ni las radiografías, pilas, gasas, termómetros o productos químicos. De todas formas, para evitar errores, lo más sencillo es consultar al farmacéutico.
