• Se jubila ‘la madre’ de los pacientes simulados

    Los pacientes simulados eran una apuesta tan complicada como necesaria para formar a los futuros médicos. En los años noventa era impensable que Castilla-La Mancha tuviera una facultad de Medicina porque se había cerrado el grifo. Para que se hiciese una excepción era necesario que marcara la diferencia. Y lo hizo. La responsabilidad del Examen Clínico Objetivo y Estandarizado (ECOE) recayó en la internista Lourdes Sáez, que logró que la facultad albaceteña fuese pionera en España gracias a su apuesta por los pacientes simulados, fruto de una metodología que se adelantó a Bolonia. Este 30 de diciembre de 2022 se jubila la compañera incansable, la médico cercana, la gallega que ha pasado media vida en Albacete.

    La internista Lourdes Sáez logró que la facultad albaceteña fuese pionera gracias a su apuesta por los pacientes simulados.
    Sáez, a la izquierda, con parte de su equipo en una imagen de archivo.
    Sáez, esta semana, en una imagen compartida por sus compañeros en las redes sociales.


    Dr José Javier Solera.

    “Generosa, íntegra, trabajadora, buena, inteligente, excepcional…”

    La Dra Lourdes Sáez ha sido ‘la madre’, la pionera en España de los pacientes simulados. Pero a su currículum de investigadora y trabajadora incansable, desde la brucelosis y el VIH hasta el COVID, se suma que ha sentado escuela como una persona “generosa, íntegra, trabajadora, buena, inteligente, excepcional… no tengo palabras”, destaca el jefe de Servicio de Medicina Interna, el Dr José Javier Solera.

    “Para ella todo es fácil; mete energía en el sistema; transmite tranquilidad; despierta el afecto y el cariño. Es la madre que quieren todos los residentes”.

    La Dra Lourdes Sáez, en un imagen de archivo, trabajando en África junto a la ONG Stop Ceguera.

    Así, era la profesional ideal para un reto que consistía en conseguir que el alumno estuviera solo en una consulta con un paciente. Que lo mirara a los ojos, lo escuchara, reconociera, pidiera y analizara las pruebas para, finalmente, diagnosticar con acierto. Pero de dónde iba a sacar la doctora Sáez a esos pacientes simulados capaces de fingir cualquier tipo de dolencia, física o mental, con credibilidad.

    Lourdes Sáez se emocionaba cuando recordaba los agobios de los inicios. Si la Facultad de Medicina empezó en 1998, el ECOE (examen con pacientes simulados) arrancó en 2002, para examinar a los alumnos de cuarto. Cómo iba a encontrar ella a esos “simulados”. Le aconsejaron acudir a grupos de teatro, pero al final alguien le habló de la Hermandad de Donantes de Sangre y de su presidenta, Mari Carmen de Huéscar, capaz de encontrar un manantial en el desierto. Acudió a ella pidiendo actores altruistas y en tres días tenía una lista con más de una treintena de nombres.

    El examen con pacientes simulados, el más temido, nació con voluntarios en 2002

    La doctora Lourdes Sáez Méndez se había formado en Ginebra (Suiza), Houston (EE UU) y Québec (Canadá) para conocer los entresijos de este examen ECOE, que ellos llamaban OSCE y aplicaban en su examen MIR. María Teresa Alfonso, alma máter de la Facultad de Medicina de Albacete, había confiado en esta internista, sobradamente preparada, pero sin el empujón final de la Hermandad de Donantes de Sangre nada hubiese sido posible.

    La internista Lourdes Sáez logró que la facultad albaceteña fuese pionera gracias a su apuesta por los pacientes simulados.

    Grupos pequeños, práctica, participación y un temido examen que te pone cara a cara con unos pacientes que, aunque simulados, puntúan como si fueran reales. Así nació la Facultad de Medicina de Albacete, adelantándose a los cambios del Plan Bolonia y haciéndose hueco cuando a nivel nacional se consideraba una locura abrir una nueva facultad de Medicina.

    Durante años, la facultad albaceteña fue la única de España que tenía el ECOE desde tercero hasta sexto. Durante una tarde, los alumnos “se juegan mucho en un examen largo, duro y estresante”, advertía Lourdes Sáez.

    El alumno se sitúa con el “enfermo” en una consulta. En todo momento, es observado por los examinadores, quienes, desde una cabina, toman nota de cada paso que da el aspirante. Y al terminar el examen, los pacientes simulados también puntúan, lo que les da poder decisión sobre un 10% de la nota.

    La internista Lourdes Sáez logró que la facultad albaceteña fuese pionera gracias a su apuesta por los pacientes simulados.

    Meses de entrenamiento

    Si hubo un momento en el que Lourdes Sáez no habría salido adelante sin el apoyo de la Hermandad de Donantes de Sangre, llegó un momento en el que sus manos y sus pies en el ECOE fueron la uróloga María José Donate, del internista Isaac Mora y la técnico de la Facultad de Medicina María José Sáez.

    Y es que este equipo tiene trabajo todo el curso. Debe decidir qué casos clínicos van a entrar en el examen; pedir a todos los servicios pruebas diagnósticas e informes donde se debe extremar la confidencialidad y en base a toda la información recabada escribir un guion que deberá memorizar el paciente simulado. Fotografías, maquillaje, pruebas de todo tipo y meses de entrenamiento para un examen que es imprescindible aprobar si en un futuro se quiere tratar a enfermos reales.