Todo fármaco tiene efectos secundarios. Debe prescribirlo un médico y el paciente recurrir tanto a él como a su farmacéutico cuando tenga dudas. Se debe tomar la dosis y el tiempo indicados, sin olvidar que hay medicamentos incompatibles con tomar el sol e incluso con alimentos, como ocurre con algunos anticoagulantes y la vitamina K. La Consejería de Sanidad ha lanzado a una campaña informativa para recordar que “hay que tomar la dosis prescrita a las horas indicadas”.
“Los pacientes reciben la medicación adecuada -tanto en su indicación como en su forma farmacéutica- a sus necesidades clínicas, en las dosis correspondientes a sus requisitos individuales, durante un período de tiempo adecuado y al menor coste posible para ellos y para la comunidad”. Éstas son las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud.
Y es que, como recuerda la Consejería de Sanidad, la estrategia más eficaz para mejorar el uso de los medicamentos es ofrecer una información de calidad, clara y comprensible a los pacientes.
Sanidad lanza una campaña para promover el buen uso de los medicamentos
Por este motivo, el Servicio de Salud de Castilla-La Mancha ha puesto en marcha la campaña informativa ‘Con el mal uso siempre pierdes, con los medicamentos no te la juegues’, con el objetivo de facilitar un buen uso de los fármacos a la población.
A veces, un proceso patológico puede ser tratado con diferentes tipos de medicamentos. Hay que recordar que lo que es bueno para un paciente, puede no serlo para otro.
En ocasiones, no se hace un uso racional de medicamentos, por ejemplo:
• Uso de demasiados fármacos por paciente (polifarmacia).
• Uso inadecuado de medicamentos antimicrobianos (antibióticos), a menudo en dosis incorrectas, para infecciones no bacterianas.
• Uso excesivo de inyecciones en casos en los que serían más adecuadas formulaciones orales.
• Prescripción no acorde con las directrices clínicas.
• Automedicación inadecuada, a menudo con fármacos que requieren receta médica.
El uso inadecuado y excesivo de medicamentos trae como consecuencia un considerable perjuicio al paciente en cuanto a la falta de resultados positivos y a la incidencia de reacciones adversas a los medicamentos, además del consumo de recursos.