Adentro, afuera. /Profundo, lento. /Calma, tranquilidad. /Sonríe, relaja. /Momento presente, /momento maravilloso.
El poema anterior, lo utiliza el maestro budista Thich Nhat Hanh en sus prácticas y enseñanzas de la meditación Mindfulness o Atención plena. Hace unos días en este mismo medio hablaba sobre el Mindfulness y su relación con el dolor. Hubo varias personas que tras leer dicho artículo me comentaban: “muy bien”, “estoy de acuerdo”, pero, y ¿ahora qué?, ¿cómo puedo practicar la atención plena?
Para responder a dichas preguntas, voy a utilizar las palabras y enseñanzas del maestro Thich Nhat Hanh a través de su poema adentro, afuera, o por lo menos, y por razones de espacio parte del poema.
A la hora de practicar la atención plena, siempre nos centramos en nuestra respiración, por eso a la respiración le llamamos el “ancla”, el ancla porque nos permite centrarnos en nosotros mismos, en el momento presente. La respiración siempre nos acompaña y es automática. Cuando nos invaden los pensamientos, las preocupaciones, los problemas, simplemente los dejamos pasar y volvemos una y otra vez a la respiración.
Utilizando el poema como guía de meditación, el maestro nos explica que cada vez que lo practiquemos nos sentiremos mucho mejor dentro de nuestro cuerpo y nuestra mente, y nos dice: cuando estás enojado, cuando estás preocupado, cuando sufres, si sabes cómo practicar este poema, entonces te sentirás mucho mejor sólo después de uno o dos minutos.
Debemos centrarnos en nuestra respiración
Para ello nos dice que, debemos centrarnos en nuestra respiración: Primero “adentro” y “afuera”, esto significa que cuando inhalo, sé que estoy inhalando. Es fácil. Y cuando exhalo, sé que estoy exhalando. No mezclo las dos cosas. Inhalando, sé que ésta es mi inhalación. Exhalando, sé que es mi exhalación. En ese momento detenemos todo nuestro pensamiento, sólo prestamos atención a la inhalación y a la exhalación. Estamos al cien por cien con nuestra inhalación y con nuestra exhalación.
Cuando inhalamos, simplemente inhalamos, no hacemos nada más, sólo abrazamos nuestra inhalación – respiramos con el cien por cien de nosotros mismos- mente y cuerpo juntos. Y cuando exhalamos, abrazamos nuestra exhalación. Es muy simple, pero es maravilloso. Si lo intentamos, después de dos o tres inhalaciones y exhalaciones nos sentiremos mucho mejor.
El maestro nos dice, si estás por llorar, si estás por patear o golpear algo porque tienes ira, y si sabes cómo volver a ti mismo y practicar “adentro, afuera” tres veces, estoy seguro de que todo será diferente. No llorarás, no patearás, no golpearás porque eres mucho mejor persona después de practicar “adentro, afuera”. Inténtalo y verás el poder de la práctica.
Después de haber practicado “adentro, afuera”, tres, cuatro o cinco veces, sentiremos que nuestra inhalación se ha vuelto más profunda y nuestra exhalación se vuelve más lenta. Porque cuando estamos enojados, cuando estamos desesperados, cuando sufrimos, nuestra inhalación y nuestra exhalación son muy cortas y no calman en absoluto. Pero luego, después de haber respirado apaciblemente, nuestra inhalación será muy suave. Nuestra exhalación también. Entonces la calidad de nuestra respiración ha sido mejorada. Nuestra inhalación es más profunda y más calmada, nuestra exhalación también es más profunda y más calmada. Esta es la razón por la cual podemos practicar “profundo y lento”.
Inhalando, sé que mi inhalación se ha vuelto más profunda, y cuanto más profunda es, más placentera se vuelve. Intenta inhalar varias veces y verás que la inhalación es más profunda. Y cuando es más profunda, sentirás mucho placer. Cuando exhalas, dices “exhalando” sé que mi exhalación se ha vuelto más lenta, más lenta y más pacífica. Si tu respiración es más profunda, tú eres más profundo. Si tu respiración es más lenta, tú eres más lento. Esto significa que eres más pacífico. Entonces, inhalando, sé que mi respiración se ha vuelto más profunda. Exhalando, sé que mi respiración se ha vuelto más lenta. El maestro nos dice: “Es maravilloso”.
Ahora practicamos “calma, tranquilidad”. Esto significa “inhalando, siento calma. Exhalando, siento que tomo todo con tranquilidad. Este ejercicio es maravilloso para practicar, especialmente cuando estamos nerviosos, cuando estamos enojados, cuando no sentimos paz en nosotros mismos. Debemos volver a la inhalación y exhalación y practicar calma, tranquilidad y encontraremos así un oasis en medio del desierto de la preocupación.