• Prisas por privatizar la sanidad

    El Autor

    Antonio González Cabrera

    Médico de Familia

    Tienen mucha prisa por privatizar la sanidad. Temen que los ciudadanos de a pie se den cuenta de su jugada y salgan a la calle como les ocurría en Madrid.

    Tienen mucha prisa por privatizar la sanidad. Temen que los ciudadanos de a pie se den cuenta de su jugada y salgan a la calle.

    Intentan resolver a través de los conciertos con la privada, los problemas del sistema público incapaces de mejorar su gestión. Cuanto peor se gestione lo público, mejor parecerá ser lo privado. No hay voluntad política para revertir un modelo que se permitió antes por los gobiernos socialistas y avanza a pasos agigantados en las comunidades con gobiernos del PP.

    Se palpa una voluntad inequívoca de que, más que una complementariedad público-privada, se produzca un matrimonio entre ambas que difumine la línea que las separa, siempre en favor de unos pocos bolsillos, que en muchos casos son los de accionistas de multinacionales foráneas. Pero !viva España!

    Saben que no es más barato lo privado si lo público se gestiona bien

    Saben que no es más barato lo privado si lo público se gestiona bien. Claro que si esa gestión es buena, se les acaba su objetivo porque entonces la privatización se vería como lo que es, una forma legal de hacer favores a los amigos. La estrategia es sola y exclusivamente para favorecer al entramado empresarial privado. Primero con conciertos, para luego incluso poner a los profesionales contratados desde lo público al servicio de esos centros privados. Todo son facilidades para derivar a la privada, olvidando que la privatización aumenta la mortalidad como lo demuestra un estudio realizado en Inglaterra. Eso carece de importancia.

    Hacia un sistema sanitario público que dependa de lo privado y no al revés

    Se camina hacia un sistema sanitario público que dependa de lo privado y no al revés. A mayores listas de espera en lo público, mayor número de seguros privados. Y nos venden humo, porque cuando se incrementan los presupuestos, su objetivo no es solo reducir la lista de espera, sino hacerlo aumentando las derivaciones.

    Parecen olvidar cuando planifican, que la pobreza y la desigualdad crecen a diario en nuestro país. Pero los pobres no les importan si quedan desatendidos, porque su objetivo es convencer a la clase media, haciendo que esta se decante por modelos privados como única forma de tener garantizada su asistencia sanitaria. Pero eso solo agravará la desigualdad aún más por si hoy es poca.

    No podemos seguir con un modelo caduco

    Hemos llegado a un punto donde no valen los parches. Es necesaria una reforma integral de un modelo de atención sanitaria con más de cuarenta años y que hoy ya no nos sirve. Hay que reinventarse si queremos adaptarnos al nuevo modelo social. No podemos seguir con un modelo caduco, que no se ha modificado ni actualizado, para una población con una más alta esperanza de vida, con una mayor cronicidad, con mayor longevidad, con mayor demanda de prestaciones, con mayores niveles de dependencia entre nuestros mayores. Todo eso se traduce en una mayor necesidad de recursos materiales y humanos de los que no disponemos por una falta de previsión que ha hecho que nuestros profesionales encuentren mejores condiciones laborales fuera.

    Toca empezar de nuevo, aunque haya cosas que se pueden aprovechar.

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