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La experiencia de un paciente en Urgencias y en la Unidad de Ictus
En primer lugar, un saludo para todo el personal del Hospital General Universitario de Albacete. Me llamo Juan Tomás. El día 2 de septiembre, de madrugada, ingresé en Urgencias porque tuve una caída. Y mientras esperaba para ser atendido tuve un pequeño ictus, digo pequeño porque no fue mucho tiempo el que transcurrió (10-15 minutos). Fui atendido con prontitud y un trato profesional exquisito.
Una vez remitió este, gracias a Dios y a la atención recibida, y una vez puesta la escayola en el pie fracturado (rotura de peroné), me ingresaron en la Sala de Ictus en la 5° planta, donde, desde el principio, se me atendió con una profesionalidad excelente. Me hicieron multitud de pruebas para averiguar la causa que pudo desencadenar el ictus.
Estuve 48 horas en la Unidad de Ictus, pero fue un no parar de analizar el porqué ocurrió. Uffff, me emociono, porque hay unos grandísimos profesionales.
Me encontré con el premio gordo. ¿Qué cuál es? Pues el calor humano, el trato que tuvieron cada una de las personas por las que pasé, desde el celador, auxiliares, enfermeras, doctores, conductores…
Cuando estás allí te sientes tan vulnerable que una sonrisa, un gesto, una mirada, una palabra de cariño, te parecen un regalazo. Das gracias, gracias por sentir amor a pesar de que muchos de estos profesionales llevarían trabajando muchísimas horas, pero saben y sienten que como seres humanos somos débiles y vulnerables en momentos de enfermedad.
Otros comenzaban su turno de trabajo ofreciendo lo mejor para sus enfermos: su humanidad; y hablándoles con cariño, ofreciendo su nota de humor y haciendo que nuestra estancia sea lo mejor posible.
Sobresaliente y matrícula de honor para todos
Con vuestro permiso voy a poneros nota: como profesionales un 10, como trato humano un 11. Permitidme que os tutee. Os doy a cada uno de vosotros que me atendisteis los dos días que estuve en el Hospital, aunque no sepáis quién soy y no os acordéis de mi cara, las gracias, pero no como un mero cumplimiento y agradecimiento, sino desde lo más hondo de mi corazón brota esa gratitud, sintiendo que lo mejor del ser humano es dar amor, y yo os lo aseguro, lo he sentido en el Hospital General de Albacete.
Juan Tomás Martínez (Albacete)
