• Una pequeña anécdota de Navidad

    La Dra Panisello cuenta una anécdota de Navidad muy útil a la hora de mentalizarse para las comidas y cenas de estos días

    El Autor

    Joima Panisello

    Jefe de Servicio Medicina Interna. Responsable Unidad Multidisciplinar de riesgo vascular

    La familia de María, una buena amiga, tiene por costumbre poner en la mesa el día de Navidad unos magníficos canelones que prepara según una receta centenaria de su abuela: Tras asar en una cazuela de barro un pollo campero con tomates, cebolla, ajos, y un buen chorro de aceite de oliva virgen extra, tritura la carne aderezada con trufa y un poco de hígado de oca con un triturador que ha pasado de madres a hijas generación tras generación. Aunque antaño preparaba las obleas para rellenarlas con la carne picada, hace unos años decidió ahorrar tiempo y empezó a comprar placas de una conocida marca que ponía a remojo o hervía.

    Ayer me explicaba dolida, como descubrió que su madre comía demasiada comida ultraprocesada, cuando esta le dijo:

    “Hija, este año no hagas canelones el día de Navidad. Mejor una sopa casera con buen caldo de gallina, que hace mucho tiempo que no tomo. ¡Ya estoy harta de canelones!”

    María se preguntó si los responsables del hartazgo de su madre por “la comida italiana” eran el centro de día en donde comía 3 días a la semana o la cuidadora que se responsabilizaba de la compra en el supermercado, que ella revisaba de cuando en cuando, o ambos. Sintió un nudo en el estómago y a punto, estuvo de escapársela una lágrima.

    Se sobrepuso y, preocupada por los estragos que no solo en la báscula, sino en las cifras de tensión arterial de su suegro, en las de glucosa de su madre y también en los estómagos de sus familiares en general, podían tener sus menús navideños, me llamó para pedirme algunos consejos y poder así limitar los posibles estragos.

    Diez consejos para las cenas y comidas

    Me permito compartirlos con todos los lectores:

    1. Este año las celebraciones deberían ser más reducidas, con menos comensales, conscientes de la importancia de esas medidas para frenar la extensión del coronavirus. Asegúrate de mantener la máxima distancia posible entre comensales y mantén una buena ventilación. Si puedes disponer de medidor de CO2, asegúrate que esté por debajo de 700. Si sobrepasa ese umbral abre a ser posible dos puntos opuestos de la habitación para que corra el aire.
    2. Si decides comprar alimentos preparados bien sea directamente en el comercio, bien sea por internet, asegúrate de seguir las recomendaciones del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social en su campaña informativa para rentabilizar esta Navidad y evitar “que te den gato por liebre”
    1. Diseña los menús con antelación. Una vez decididos bien sea en función de las preferencias de los comensales, de las costumbres de tu propia familia, de la disponibilidad de alimentos etc, ajusta las cantidades de ingredientes que necesitas y los tiempos para la elaboración. Organiza tu tiempo y revisa la responsabilidad de cada persona, no quieras hacerlo todo. De esta manera también moderarás el gasto de la cesta de la compra. Y recuerda: ¡Evita que las comidas sean demasiado copiosas!
    • Cuida las raciones: Cocina sólo la cantidad que vais a comer el día de la celebración. Evita que estos platos sigan presentes en vuestra mesa durante los días o incluso semanas siguientes.
    • Come despacio, con tranquilidad y masticando bien los alimentos y disfrutando de la compañía y de la conversación.
    • Prepara aperitivos ligeros previos a los platos principales, a base de ensaladas, marisco hervido y carnes magras como el jamón o el lomo.

    Moderación

    • El alcohol con moderación, pues contiene las más calorías que la grasa. Sírvete un vaso de agua de manera que tomes menos vino. Resérvate la copa de cava o champán para el brindis.
    • No os saltéis la cena, aunque la comida del mediodía fuera copiosa. Un caldo de verdura con una verdura hervida o al vapor que puedes con un huevo duro entero o la clara o una ración de pescado blanco a la plancha. Si te apetece postre, un yogur desnatado o una gelatina sin azúcar o una pieza pequeña de fruta. A la mañana siguiente no dejéis de desayunar, no hacerlo sería un error.
    • La piña y la papaya son frutas bajas en azúcar y con efecto diurético que os pueden ser de gran ayuda si alguien tiene digestiones pesadas.
    • Una infusión puede facilitarnos la digestión. Tomadla mejor sola, sin azúcar, o en todo caso utilizando edulcorante.

    Un gran acto de amor

    A todas las mujeres y hombres que seguís cuidando de vuestras familias, con cariño, dedicación y amor, deciros que aunque no lleguemos a todo, estar ahí es lo importante. Saber renunciar a un plato familiar preferido para preparar una simple sopa, tal vez sea un gran acto de amor.

    ¡Feliz Navidad!

    Agradecemos a la plataforma Digimevo, especializada en información audiovisual para los ciudadanos este pequeño video resumiendo algunos otros consejos.

    Comentar

    Su dirección de correo electrónico no será publicada.Los campos necesarios están marcados *

    *