• Una calle para nuestro médico

    Un municipio de Ciudad Real agradece la implicación de su médico durante la pandemia dándole su nombre a una calle

    El Autor

    Sonia Tortosa González

    Periodista

    Nunca ha dejado de defender la Atención Primaria como eje fundamental del sistema sanitario. Antes de la pandemia, fue uno de los médicos constituyentes de la Plataforma por la Defensa de la AP, además de destacar por su trabajo e implicación en la vocalía de Atención Primaria del Colegio de Médicos de Ciudad Real, y en la vocalía nacional de la Organización Médica Colegial.

    calle médico

    El Dr Rodríguez del Río tiene su calle en Horcajo de los Montes por iniciativa de sus vecinos

    En los primeros días de la crisis sanitaria impuesta por el coronavirus alzó su voz contra la falta de medios para hacer frente a una situación que se nos escapaba de las manos. El Dr Francisco J. Rodríguez del Río es un luchador nato y pone el corazón en todo lo que hace, le pese a quien le pese. Y corazón también pusieron los vecinos del municipio en el que trabaja, Horcajo de los Montes (Ciudad Real) que unilateralmente decidieron proponer a su ayuntamiento la dedicación de la vía pública denominada Avenida de la Fuente a su médico, “en agradecimiento al extraordinario trabajo realizado durante la pandemia provocada por la COVID-19 y su dedicación incondicional a nuestro pueblo y sus habitantes”.

    Resistiré

    El pasado 25 de septiembre, en la calle Avenida de la Fuente, empezó a sonar la música de un saxofón con el tema de “Resistiré” a cargo de Dionisio López, muy conocido en el pueblo, pieza que interpretó durante la pandemia todos los días a las ocho de la tarde. Cuenta el Dr. Rodríguez del Río que Dionisio era también el encargado de la funeraria, es decir, que si un día no sonaba a las ocho su saxofón ya sabían los vecinos lo que sucedía.

    La emoción estaba a flor de piel. La alcaldesa de la localidad, Luisa A. Fernández Hontanilla presentó el acto y el médico homenajeado mostró su agradecimiento a sus compañeros, a los voluntarios, al cartero y “en general a todas las personas que hicieron posible que fuera un poco más sencillo salir de esta penosa situación”. No se olvidó, lógicamente, de todos aquellos que ya no están por la pandemia pero que permanecerán siempre en nuestros corazones”.

    “Tenía miedo de llevar el virus a casa”

    Sin duda es un hecho sin precedentes que un pueblo castigado por el virus, una vez finalizados los aplausos a las ocho de la tarde, e inmerso en su nueva normalidad, tenga aún el recuerdo del buen quehacer de su médico y se una para ofrecerle este homenaje. Lo merecía: no en vano no dejó nunca de atender presencialmente a los pacientes poniendo en riesgo su vida y la de su familia. “He tenido la suerte que mi mujer se ha ocupado de mis hijos y me he podido dedicar a la consulta, si no hubiera sido imposible. Tenía miedo de llevar el virus a casa y de hecho estuve dos meses y medio viviendo en la planta de abajo y mis hijos se asomaban a verme y nos saludábamos, sin ningún tipo de contacto”.

    No fue el único homenaje de la jornada. En el Centro de Salud se descubrió una plaza reconociendo labor de todo el personal sanitario, y también de los colectivos que trabajaron durante la crisis sanitaria producida por el coronavirus: personal administrativo, compañeros de soporte vital básico, y personal de limpieza, entre otros.

    No puedo confinarme

    Horcajo de los Montes registró su primer positivo confirmado el 3 de marzo de 2020, y desde entonces no hubo horarios.

    “En enero empezamos a ver cuadros de gripe muy raros, que duraban muchos días, y que los pacientes se ponían muy malos. Pero claro, no se había diagnosticado ningún caso de coronavirus en España. En el momento que se confirma el primer caso en España, en Palma de Mallorca, ese mismo día comenzamos a utilizar gel hidroalcohólico y mascarillas quirúrgicas para todos los pacientes que llegaban con fiebre”, es decir, mucho antes de que esa medida se adoptara en todo el mundo.

    ¿Quién iba a pasar consulta en Horcajo si se aislaba el médico?

    Tal es así que cuando Sanidad confirmó el positivo instó al Dr Rodríguez del Río a empezar sus diez días de aislamiento, a lo que no estaba dispuesto por el compromiso que tenía con sus pacientes. Por supuesto que existía la posibilidad de contagio a pesar de ser pioneros en el uso de mascarilla y gel, pero “¿había médicos para cubrir los pueblos de Horcajo? ¿Quién iba a pasar la consulta? En esos días ya teníamos más de 13 casos y la situación se complicaba”.

    Finalmente, la Administración optó por permitirle no cumplir el aislamiento y  mantenerle en su puesto. Afortunadamente, nunca llegó a contagiarse.

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    Un pueblo a la altura de las circunstancias

    Empezó entonces una carrera de fondo, y la respuesta del pueblo estuvo a la altura. Ante la falta de métodos diagnósticos y equipos de protección, las costureras del pueblo confeccionaron mascarillas y, con bolsas de basuras, los primeros EPIs. También fueron los primeros en empezar a desinfectar las calles del pueblo.

    Además El Dr. Rodríguez abrió un registro de control de enfermos y sus contactos que fue la base de un estudio posterior en colaboración con la Universidad de Castilla-La Mancha, que consistía en detectar el coronavirus en superficie para ayudar al control epidemiológico y la evolución de la enfermedad en el paciente COVID. “En esa época que no había PCR ni similar, cuando el paciente tenía clínica típica, buscabas el virus en superficie y si estaba, diagnosticabas que el paciente tenía coronavirus. Un método económico y no invasivo para la detección de la enfermedad. No exclusivo, una ayuda más”.

    Todos a una

    Un grupo de 60 voluntarios se ocupaban de las necesidades de los vecinos confinados. El supermercado local hacía reparto diario, se elaboraban menús y se llevaban a los domicilios de las personas más vulnerables, el cartero recogía los pedidos de la farmacia y los llevaba puerta por puerta, e incluso idearon un servicio de recogida de basura para que la gente no tuviera que salir de su domicilio.

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    El hospital, colapsado

    El periodo más crítico fue a los quince días más o menos de iniciarse el aislamiento, donde se alcanzaron los 30 casos, la situación se complicaba y el hospital estaba colapsado. “Cuando llegaba a casa por la noche investigaba sobre las últimas novedades en tratamiento COVID, no para curar la enfermedad sino para disminuir el proceso de dificultad respiratoria e inflamación bronquial. Empezamos a utilizar unas pautas consensuadas y fue un éxito porque no tuve que mandar, después de los diez primeros, a ningún paciente descompensado a urgencia hospitalaria. Todos se han tratado desde casa”. El Dr Francisco J. Rodríguez realiza actualmente su tesis doctoral en COVID-19, y uno de los temas en los que trabaja es “la eficacia de esos tratamientos que no son específicos de coronavirus para el síndrome de distrés respiratorio”.

    La Atención Primaria, herida de muerte

    La pandemia ha cambiado mucho la Atención Primaria en opinión del doctor. “Hay muchos procesos que no precisan una asistencia presencial. Lo que es indiscutible es que el paciente que necesita una valoración física hay que verlo pero es cierto que hay muchos trámites burocráticos que se pueden resolver por teléfono y que evitan que el paciente esté en una sala de espera, evitando contagios innecesarios”. Por desgracia, “el exceso de burocracia es una batalla que tenemos perdida a nivel nacional; una buena forma de solventarlo puede ser la telemedicina que, evidentemente, se puede mejorar con las herramientas adecuadas”.

    Soluciones, hay

    Además, la crisis sanitaria derivada del coronavirus ha puesto en evidencia que hacen falta muchísimos médicos. “Estamos trabajando con el concepto de una Atención Primaria que se creó hace 40 años con un tercio menos de personal que cuando se creó, teniendo en cuenta que la población es más longeva y con más pluripatologías. Los cupos son excesivos. En conclusión, la Atención Primaria está herida de muerte. En las reuniones que tenemos a nivel nacional nos vemos muy indefensos, pesimistas, peor que nunca. Soluciones hay y las hemos presentado, pero no las quieren. Damos soluciones a los problemas actuales, y no obtenemos la respuesta esperada, pero seguimos y seguiremos intentándolo”.

    El médico de 900 vecinos

    El Dr Francisco Javier Rodríguez Del Río es natural de Úbeda (Jaén) y llegó a Ciudad Real en 2006, a Castilla-La Mancha, donde hizo su especialidad en el Hospital General Universitario. Desde hace varios años es médico de Familia en Horcajo de los Montes, un pueblo de 900 habitantes en situado en el Parque Nacional de Cabañeros. Además, es vocal de Atención Primaria Rural de Ciudad Real, y secretario vocalía de Atención Primaria Rural de la Organización Médica Colegial (OMC) y Coordinador Grupo de Trabajo AP25.

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