• Algunas chorradas matan

    El Autor

    Alberto Nájera López

    Profesor de Radiología y Medicina Física en la Facultad de Medicina de Albacete. Autor del blog radiandando.es

    Al comienzo de la pandemia recibí un vídeo por WhatsApp en el que un supuesto doctor confirmaba la relación entre la propagación del coronavirus y la 5G. Sí, un vídeo.

    coronavirus 5G
    Imagen de archivo de una campaña del Ministerio de Sanidad.

    Las casualidades existen

    Poco después, un profesor de arte publicaba en YouTube un sesudo estudio en el que confirmaba esa relación, aunque olvidaba aspectos muy básicos. Por ejemplo, que las casualidades, existen y que hay más antenas donde hay más personas. Así, que haya más casos de COVID-19 donde hay más personas no nos puede llevar a la conclusión de que las antenas son las culpables de los casos (causalidad).

    Este fue parte del germen de una chorrada que llegó a mucha gente que, aun hoy, cree que la pandemia es mentira, que los virus no existen, que el problema es el 5G, o que las vacunas tienen grafeno, que nos vuelven magnéticos o que moriremos todos en breve.

    Creer en esta chorrada no debería ser un problema, pero sí lo es para todos los que rodeamos a esas personas, que creyendo en estas tonterías pseudocientíficas difundidas por personas sin formación ni prestigio científico, en contra de todos los científicos y sanitarios del mundo, dejan de vacunarse o promueven la no vacunación.

    La importancia de proteger al enfermo

    En 2017, la Asociación para Proteger al Enfermo de Terapias Pseudocientíficas (APETP) publicó un informe sobre los fallecidos en España a causa de las pseudoterapias. Entre 1200 y 1500 personas morirían en España al año por creer en la eficacia de supuestas terapias, tan absurdas como la orinoterapia, la homeopatía, las flores de Bach, las constelaciones familiares, el reiki, la quiropráctica y así un listado de decenas de supuestos tratamientos que no son más, que chorradas, pero muy peligrosas. Y, por desgracia, están al alcance de cualquiera. Le propongo un ejercicio, vaya a Google Maps y busque “homeopatía” o “quiropráctica” en su ciudad. Encontrará numerosos resultados muy cerca, muchos de ellos ofrecidos por profesionales colegiados que, sin escrúpulos, ofrecen estas “chorradas” y sin que sus respectivos colegios profesionales actúen con contundencia.

    Cuando las chorradas dejan de serlo

    En muchos casos, estas supuestas terapias no tienen ningún efecto. ¿O sí? ¿Y si por acudir a un curandero o a un charlatán evitamos o retrasamos el acceso a un tratamiento profesional? ¿Y si esos supuestos tratamientos inocuos interactuaran con tratamientos que sí han demostrado su eficacia limitándola o anulándola? Pues la Ciencia ha dado una triste respuesta afirmativa a estas dos preguntas y, además, ha demostrado que el uso de terapias alternativas tiene un efecto negativo en la supervivencia de los pacientes con cáncer. A lo mejor ya no estamos hablando de chorradas, ¿verdad?

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