• El aliado africano contra la gripe

    El Autor

    Dr. Alejandro Santiago González

    Conservador del Jardín Botánico de Castilla-La Mancha

    www.jardinbotanico-clm.com 

    Pelargonium sidoides

    Y al final llega el invierno. Suele suceder que cuando estamos más desprevenidos, se presentan el frío, la lluvia y la nieve. Se presentan sin avisar. Como viejos conocidos que por la fuerza de la costumbre ignoramos hasta que los vemos entrar en casa, con la ropa de abrigo sin preparar.  E irremediablemente con el invierno la gripe, el catarro y los resfriados.

    Algunos estudios muestran que el frío intenso debilita las defensas naturales de nuestro organismo debido a la bajada de temperatura de las células de las fosas nasales y de las vías altas del sistema respiratorio, permitiendo al rinovirus campar a sus anchas. Asimismo un ambiente frío y seco alarga la “vida” del virus de la gripe y dificulta que las mucosidades limpien el influenzavirus.

    Y así estornudos, toses y mocos se convierten en una parte del paisaje tan habitual como las bufandas y los gorros de lana. Si tenemos en cuenta que estos incómodos atacantes se transmiten de persona a persona por el aire y que un solo estornudo los puede impulsar a más de 50 KM/h varios metros, es fácil entender los estragos que hacen  en los colegios, hogares y hospitales.

    La planta que nos ocupa es de origen africano. Es una geraniácea cuyas raíces eran consumidas de forma tradicional en el sur de África con fines curativos en enfermedades de origen infeccioso del aparato respiratorio. Con la llegada de los europeos se difunde su conocimiento siendo uno de sus primeros usos la lucha contra la tuberculosis a principios del siglo XX.

    Aunque el Pelargonium sidoides no es muy conocido en nuestro país, a pesar de que existen preparaciones disponibles en las farmacias bajo diversos nombres comerciales, si es bien conocido y utilizado en Austria, Alemania o Reino Unido.

    Posee sustancias activas tan interesantes como los galatos que junto con otras moléculas de su composición le confieren propiedades antivíricas, antibacterianas y al mismo tiempo activan la respuesta inmune asociada con la mucosa de la vía aérea superior que puede estar debilitada por el frío. Tiene por tanto doble utilidad: preventiva de gripes, resfriados o catarros y coadyuvante en el tratamiento.

    Como siempre, la naturaleza nos ofrece aliados en los lugares más insospechados.