• ¿Qué será de los embriones abandonados?

    El número de embriones criopreservados en los bancos va en constante aumento, alcanzando los 668.082 embriones tan solo en España, de acuerdo con los últimos datos arrojados por la Sociedad Española de Fertilidad (SEF), pero también se incrementa un problema, el de los embriones abandonados. Esta situación abre un debate en el que están implicados los 19 centro de reproducción asistida de Castilla-La Mancha.

    El número de embriones criopreservados en los bancos va en constante aumento, pero también el de los abandonados.

    En España, más de 60.000 embriones se encuentran en el limbo

    En España hay 668.082 embriones en los bancos, de los que se estima que 60.005 se encuentran abandonados, según la SEF. Esto representa cerca del 10% de los embriones criopreservados y conduce a los especialistas en medicina reproductiva a un dilema ético y legal, derivado de la imposibilidad de darle un destino definido.

    Dentro de las opciones que permite la ley, aproximadamente el 45% de los embriones congelados son destinados al uso por los propios pacientes, mientras que el 5% son donados a otras parejas con fines reproductivos, el 18% se destina a fines de investigación y el 18% restante tiene como destino la destrucción.

    Sin embargo, existe algo más del 10% para los que no existe un destino definido. La Ley sobre Técnicas de Reproducción Humana Asistida indica que las clínicas tienen la obligación de solicitar periódicamente a la mujer o pareja progenitora la renovación o modificación del consentimiento donde consta el destino elegido para sus embriones.

    Si tras dos intentos los pacientes no cumplen con este requisito, los embriones quedarían a disposición del centro y podrían destinarlos conforme a su criterio a cualquiera de los fines citados.”

    El dilema

    Sin embargo, aunque la ley contempla que el destino de los embriones abandonados pasaría a ser competencia de las clínicas, lo cierto es que esto tiene sus limitaciones. Muchos de estos embriones no reúnen los requisitos mínimos para donarlos a otras parejas, tampoco se pueden dirigir a proyectos de investigación porque no hay, y tampoco se opta por destruirlos ante la posibilidad de que los reclamen en un futuro sus progenitores.

    Es resumen, estos embriones quedan en el limbo, sin que puedan destinarse en muchas ocasiones para otras parejas o para la investigación científica.

    La preservación de estos embriones, según indican los especialistas en medicina reproductiva del Instituto Bernabéu, tiene un coste importante y se requiere cada vez más espacio en los tanques de nitrógeno líquido donde se almacenan.

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