• Enfermeras, ¿qué haríamos sin vosotras?

    El Autor

    Raúl Godoy Mayoral

    Neumólogo, presidente de la Sociedad Castellano Manchega de Patología Respiratoria

    Mi primer gran encuentro con estos grandísimos profesionales fue cuando yo era residente de primer año en el Gregorio Marañón. No había trabajado como médico en mi vida y de pronto me encuentro en urgencias viendo pacientes, sin apenas idea de qué hacer o cómo manejarme. Mi primer gran consejo me lo dio un compañero residente mayor: “Fíate de las enfermeras, llevan mucho tiempo aquí y tienen mucha experiencia”. Muchas veces el hecho de tener la cabeza llena de conocimientos médicos no te ayuda a salvar un problema concreto del día a día.

    Muchas veces el hecho de tener la cabeza llena de conocimientos médicos no te ayuda a salvar un problema concreto del día a día

    Ese día lo salvé siguiendo ese inestimable consejo, que me ha ayudado en numerosas ocasiones.

    La enfermería está bien formada, tiene vastos conocimientos y mucha experiencia.

    Nuestro trabajo sería imposible sin su colaboración. En la mayoría de los casos llevan años en su puesto y se especializan (aunque no se les dé un título) en su lugar de trabajo. Eso hace que el trabajo del día a día vaya fluido, sin problemas, sin tener que acudir a largas y pesadas explicaciones de lo qué hay que hacer o cómo hay que hacerlo.

    Colaboran con nosotros en trabajos en los que son especialistas y sobre los que nuestra capacidad de ejecución no llega a ser tan buena como la de ellas. Las necesitamos para poder realizar nuestro trabajo.

    Son imprescindibles en el día a día, y más en especialidades que requieren una formación técnica larga y compleja, como es el caso de la enfermería respiratoria.

    Enfermeras de Neumología

    Las enfermeras de respiratorio tienen que manejar las peculiaridades y características de nuestros enfermos, saber manejar un problema de la vía aérea. Nuestros tratamientos son peculiares y específicos: el uso de los inhaladores (hay muchísimos y no todos los médicos y enfermeros los controlan), el uso de fármacos especiales como los biológicos, los antifibróticos, antibióticos específicos de uso inhalado, nebulizado, intravenoso u oral, fármacos para la hipertensión pulmonar (con manejo de bombas y búsqueda de soluciones urgentes). Deben saber realizar un manejo adecuado de las secreciones, aparte del uso del material específico para hacerlo: chalecos, etc. Deben conocer los procedimientos diagnósticos y terapéuticos en la apnea del sueño y la oxigenoterapia. Las técnicas de ventilación y control de los pacientes, siempre graves y complejos. Ayudar en las técnicas pleurales, toracocentesis, biopsias pleurales, evacuaciones… Colaborar con las broncoscopias y saber actuar en circunstancias especiales.

    Imprescindibles

    En una ocasión, en la que estaba trabajando en un hospital comarcal, me quitaron a la enfermera que hacía las broncoscopias conmigo habitualmente. Fui a la supervisora y le expliqué la situación, pero ella aseguraba que cualquier enfermera podía hacerlo. Entonces le pedí que me ayudara ella. Fue una broncoscopia especialmente difícil en la que lo pasamos muy mal los dos, el paciente hizo complicaciones bastantes importantes que nos pusieron en serios problemas. A partir de ese momento, siempre se aseguró que la enfermera que estuviese conmigo estuviese debidamente formada.

    Además de estas técnicas, son las encargadas de hacer las pruebas en el laboratorio de función pulmonar: espirometría, test de broncodilatación, pletismografía, volúmenes por helio, difusión, medida de las presiones máximas de los músculos respiratorios, test de broncoprovocación con metacolina, con manitol, con ejercicio, con medicamentos, peak-flow, test de esfuerzo, como el de seis minutos, pulsioximetría, gasometría (que le pregunten a un paciente que se la haya hecho si prefiere que se la haga una enfermera que ha hecho una o cien), fracción exhalada del óxido nítrico, uso en inhaladores, manejo de nebulizadores, etc, etc, etc. La formación sólo en función pulmonar lleva como mínimo unos 6 meses (no lo digo yo, lo dicen las principales sociedades de patología respiratoria).

    Por eso, cuando nos cambian una enfermera experimentada por una que no está formada no podemos asumir la misma cantidad de trabajo, sobre todo si queremos hacerlo con la calidad que requiere (trabajamos con pacientes).

    Desde aquí quiero rendir un sincero homenaje a la formación de nuestras enfermeras en respiratorio

    Desde aquí quiero rendir un sincero homenaje a la formación de nuestras enfermeras en respiratorio. Quiero pedir respeto y reconocimiento desde la propia dirección de enfermería, de los gestores de nuestro hospital y de los sindicatos de enfermería. Sé que ellos, mis jefes y mis compañeros médicos, saben la importancia de nuestros colaboradores de enfermería, de su experiencia y su formación. Por favor, reconozcan su formación en respiratorio y si tienen que hacer movimientos sutitúyanles con personal formado adecuadamente.

    Dedicado a Carmen, Blanca, Lola, Llanos, María Dolores, María Luisa y Ana, que son nuestra referencia en función pulmonar y consultas.

    Hemeroteca:

    Una enfermera revoluciona a todo un servicio

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