• Médicos Sin Fronteras y el rescate de las residencias

    “Poco, tarde y mal”. Tres palabras resumen el informe de Médicos Sin Fronteras sobre lo que vio en cerca de 500 residencias de ancianos españolas, diez de ellas de Castilla-La Mancha. La ONG advierte del riesgo de contagio, que aún se mantiene en las residencias, al tiempo que analiza el sinfín de fallos que han dado lugar a cifras que, aunque dispares, superan los 27.000 fallecidos. La Consejería de Sanidad de Castilla-La Mancha reconoce más de 1.340 muertes en estos centros, donde aún hay 33 centros con contagios activos.

    Médicos Sin Fronteras residencias
    Médicos Sin Fronteras residencias

    El riesgo de que las personas mayores que viven en residencias vuelvan a resultar afectadas no ha remitido. Así lo advierte Médicos Sin Fronteras, que insiste en su informe Poco, tarde y mal en que “hay que estar preparados para reducir el sufrimiento y limitar al máximo la mortalidad”.

    A juicio de la ONG, la mortalidad excesiva durante esta crisis señala problemas estructurales y sistémicos en relación al modelo español de residencias; destaca en particular la necesidad de mejorar la atención médica que debe brindarse a quienes viven en estos centros, sean públicos, privados o concertados.

    Y es que Médicos Sin Fronteras advierte de que la lógica del modelo de residencias actual responde más “a las condiciones del proveedor de servicios que a las necesidades sociales y sanitarias de las personas mayores”.

    El 69% de los fallecidos

    Médicos Sin Fronteras residencias

    En este contexto, la organización recuerda que se estima que las personas mayores fallecidas en residencias (27.359 entre el 6 de abril y el 20 de junio, según el Ministerio de Sanidad) representan el 69% de las personas fallecidas por COVID-19 en toda España.

    A juicio de Médicos Sin Fronteras, tanto su experiencia como los datos demuestras que “la respuesta a la COVID-19 puso de manifiesto la falta de capacidad y asistencia a este colectivo tanto en los servicios de Atención Primaria como en el sistema hospitalario.

    “Fueron abandonadas sin posibilidad de derivación hospitalaria”

    Durante el pico de la epidemia, este modelo no dejaba opciones viables ni adaptadas a muchas residencias; en sus propias palabras, “fueron abandonadas sin posibilidad de derivación hospitalaria y sin asistencia adecuada de la atención primaria”.

    De hecho, en el primer momento de la crisis, el foco de la respuesta se centró en el colapso del sistema sanitario, en los servicios de urgencias y las UCI de los hospitales, llegándose al punto de obstaculizar las derivaciones de pacientes desde las residencias. Estas últimas tuvieron que asumir de facto una responsabilidad para la que no estaban preparadas, ni dotadas,
    ni protegidas, con unas consecuencias desastrosas para residentes, personal y equipos de gestión, y un impacto directo en la alta mortalidad.

    Recomendaciones

    Médicos Sin Fronteras residencias

    Médicos Sin Fronteras advierte de que es necesario desarrollar planes de contingencia ante posibles nuevos brotes de COVID-19 o de epidemias similares, para asegurar una alerta temprana y una respuesta inmediata en las residencias. El plan se ha de acompañar de medidas orientadas hacia el bienestar y la calidad de vida de los mayores.

    Especial atención merecen, a juicio de la ONG, la prevención y control de infecciones (PCI) y los diferentes elementos del cuidado digno, como son las despedidas, los cuidados profesionales de confort y las visitas o contactos con familiares.

    Comentar

    Su dirección de correo electrónico no será publicada.Los campos necesarios están marcados *

    *