• Cuando el miedo condiciona tu vida

    El Autor

    Víctor Manuel Aragón Navarro

    Psicólogo, vocal de la Junta de Gobierno del COPCLM

    El miedo es una sensación de angustia provocada por la presencia de un peligro real o imaginario. A nivel evolutivo, ha tenido una importante función para la supervivencia de nuestra especie, por lo que podemos pensar que, de algún modo, tener miedo es necesario, aunque a veces este puede ser irracional o desproporcionado.

    El miedo es una sensación de angustia provocada por la presencia de un peligro real o imaginario. La Psicología ayuda a afrontarlo.

    A veces lo anticipamos, incluso podemos tener miedo al miedo y, en ocasiones, este puede condicionar nuestra vida, el miedo desproporcionado nos puede bloquear, paralizarnos e impedirnos avanzar hacia nuestros objetivos.

    La tipología de los diferentes miedos es muy extensa, desde la infancia tenemos miedos, como el miedo a caer, luego vamos desarrollando diferentes miedos, como el miedo a la oscuridad, a la soledad, al dolor o a la muerte, tenemos miedos racionales, miedo a las pérdidas, que pueden influir en la construcción de nuestro apego, produciendo apegos inseguros y desorganizados.

    Tipos de miedos

    Perder el trabajo, la pareja o la salud, pueden producirnos miedos que pueden condicionarnos, generando dependencias emocionales y malestar. Los miedos pueden desarrollarse por experiencias negativas, incluso se pueden aprender de manera vicaria. Podemos tener diferentes tipos de miedos, como el miedo a volar, a hablar en público, a los espacios abiertos, o cerrados, a las agujas, a las arañas, a conducir… son innumerables.

    Miedos presentes, pasados y futuros

    La sensación de seguridad, la tranquilidad, el bienestar, dependen de como afrontamos las diferentes experiencias de nuestra vida y de cómo afrontamos nuestros miedos, miedos que pueden tener su origen en nuestra memoria emocional, podemos tener miedo de situaciones del pasado, podemos tener miedo de situaciones del presente y también podemos temer que algo en el futuro no vaya bien, esto puede generar mucha ansiedad.

    Nuestra forma de reaccionar frente al miedo va a depender de diferentes factores, entre ellos, de los recursos que tengamos para su afrontamiento, sobre todo a nivel cognitivo, en relación a la valoración del riesgo, de modo que nuestra conducta puede verse condicionada.

    Quedarnos quietos, huir o defendernos

    Conductualmente podemos tener diferentes opciones cuando sentimos miedo: podemos quedarnos quietos, huir o defendernos. Quedarnos quietos, incluso bloqueados, para de esa manera evitar exponernos a un riesgo y así nos protegemos.

    Por otro lado, podemos reaccionar huyendo del peligro, esta conducta nos protege de los miedos racionales a riesgos reales, pero si el miedo es infundado, esta conducta reforzará el miedo, pudiendo llegar a convertirse en una fobia.

    En ocasiones, podemos reaccionar de manera agresiva ante el peligro, bien con conductas violentas de ataque o defensa ante el otro, o en ocasiones con conductas autolíticas hacia uno mismo, cuando la persona siente que no tiene recursos para afrontar el peligro o cuando no cuenta con el apoyo adecuado de los demás.

    Miedos irracionales

    A la hora de ayudar a las personas con miedos irracionales que le producen malestar y que condicionan su vida, impidiendo que tenga un estado de bienestar físico, psicológico y/o social, el papel del psicólogo parte de las diferencias individuales que presenta cada persona en su experiencia ante las situaciones que le producen miedo, para desde ahí realizar una adecuada evaluación del miedo y de la propia persona con el objetivo de entender qué función tiene ese miedo, de dónde viene y qué fortalezas o recursos tiene la persona para afrontarlo, que determine cómo está condicionando su vida y que a partir de ahí diseñe un plan de intervención personalizado. 

    Terapia cognitivo-conductual

    En cuanto a la intervención, la terapia cognitivo-conductual ha demostrado ser el tratamiento más eficaz para los miedos y las fobias, y por tanto el de primera elección, además de otras técnicas que se emplean en caso de que fuesen necesarias.

    Por eso, si el miedo condiciona tu vida, afectando a tu bienestar, si este impide que lleves una vida plena o que realices las estrategias para conseguir tus objetivos, si te bloqueas, no dudes en solicitar ayuda a un/a psicólogo/a, que te ayude a analizarlo y superarlo.

    ¡Cuida tu salud psicológica!

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