• El Ministerio de Sanidad maltrata a los residentes

    Muchos estudiantes que preparaban el MIR también ayudaron a costa de sus horas de sueño durante lo peor de la pandemia

    El Autor

    Silvia Crusat Braña

    Médico especialista en Otorrinolaringología. CSIF

    Cuando veo a los aspirantes a residentes me acuerdo de mí misma hace ya mucho tiempo, los años de duro estudio para tener una nota suficiente para poder entrar en la Facultad de Medicina.

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    Luego, 6 años muy difíciles, sacrificando tiempo de ocio y de paz familiar para aprobar la carrera y poder tener un expediente brillante que me ayudara al acabar la carrera de Medicina, a acceder a la formación sanitaria especializada necesaria para poder trabajar en el Servicio Nacional de Salud.

    Tras estos 6 años, otro más de estudio de una especie de oposición, el examen MIR, para poder acceder a una plaza de formación sanitaria especializada. Acceder y que a ser posible sea una especialidad que te motive, porque va a ser tu futuro para toda tu vida. Por ese motivo hay más de un compañero que ha acabado haciendo más de una especialidad. ¡Qué mérito!

    Y por fin llega el día del examen. Imposible describir tanta sensación agridulce al mismo tiempo. Los nervios, el pánico a que llegue el momento del examen, las ganas de que todo acabe de una vez, ¿y si lo retrasasen un poco?

    ¡¡¡Por fin!!! Reto conseguido, examen hecho y aprobado. Ahora voy a hacer ‘mi Excel’ de especialidades según mis gustos, hospitales de prestigio, criterios geográficos (más o menos cerca de mi ciudad natal) y claro, el corazón. Muchos de nosotros nos emparejamos durante la carrera, normal; si casi no salíamos de la Facultad y de la biblioteca. Todo para que en el momento de elegir intentar que los dos estemos en el mismo hospital o lo más cerca posible.

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    En tiempo real

    Más de un millón de variables que conseguíamos cuadrar viendo cómo iban solicitando plazas en tiempo real y cómo se iban reduciendo nuestras posibilidades. Así, nos veíamos obligados a cambiar nuestra elección según se conjugaran nuestros criterios de elección con la adjudicación de plazas que se iban haciendo antes de que tocara nuestro turno. Por fin elegíamos sabiendo exactamente las plazas disponibles, y después, a disfrutar de la vida, que nos lo habíamos ganado, antes de empezar a trabajar y estudiar de nuevo.

    Pero como todo lo anterior era “muuuuy” fácil, llegó el año 2020 con su pandemia. El sistema sanitario colapsó, la Atención Primaria era esa primera línea de defensa que empezó a avisar de lo que se nos venía encima, los hospitales se convirtieron en hospitales de guerra, donde compañeros de todas las categorías sanitarias o no, fallecían.

    Quizás vimos demasiados aplausos y pocos féretros

    Se pidió ayuda a todo el personal disponible, desde jubilados a estudiantes de Medicina. Muchos estudiantes que preparaban el MIR también ayudaron a costa de sus horas de sueño. El personal se tragó sus miedos, sus lágrimas, sus sueños, y todos a una lucharon contra un enemigo común, la COVID-19. Quizás vimos demasiados aplausos y pocos féretros, no lo sé, pero me parece que tenemos una sociedad demasiado infantilizada, llena de derechos y sin obligaciones, que no respeta a aquellos que dan lo mejor de sí mismos por ella.

    Poco a poco, todo fue mejorando, llegó el día del examen MIR del año 2021, y se hizo. Como también se hizo en el 2020. Y luego estalló la bomba.

    ¿Pero esto qué es?

    El Ministerio decide que se va a hacer una elección de plazas no presencial y en tiempo real. ¿Pero esto qué es?

    Vamos a ver, llevo como mínimo 7 años preparándome para poder elegir la especialidad de mi vida, me llaman para ir a la guerra y voy, puedo hacer un examen presencial, puedo votar si en mi comunidad hay elecciones, pueden hacer la EVAU, puede haber partidos de fútbol con público, pero no puedo elegir de forma presencial mi plaza de futuro especialista. ¿Pero a quién quieren engañar y por qué?

    No hemos llegado hasta aquí siendo idiotas

    No hemos llegado hasta aquí siendo idiotas, no nos digan que no es posible cuando sabemos que sí lo es, no nos falten el respeto una vez más.

    Nosotros hemos cumplido, cumplan ahora ustedes. Todo el personal que aspira a una plaza de formación sanitaria especializada, médicos, enfermeras, psicólogos, farmacéuticos… exigimos que estén a la altura de nuestro esfuerzo y nos permitan elegir una vez más las plazas de forma presencial. Si se necesitan más días para ello no hay problema, en el año del inicio de la pandemia, los residentes se incorporaron en septiembre del 2020, sin queja alguna.

    ¡Ah! y por acabar, no se les olvide planificar la vacunación de aquellos residentes que no lo estén, antes de incorporarse a sus puestos de trabajo.

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