• Para la “Ambulancia del Deseo” no hay imposibles

    El deseo de Antonio era visitar el Santuario de Nuestra Señora de la Fuensanta, en Murcia. Gracias a la energía solidaria de voluntarios y colaboradores de la Fundación Ambulancia del Deseo, se hizo realidad lo que parecía imposible.  

    Antonio observa las vistas desde el Santuario al que ha llegado, tumbado en su camilla, con la Ambulancia del Deseo.

    La Fundación Ambulancia del Deseo es una organización sin ánimo de lucro. Pone a disposición de los pacientes sus conocimientos y red de contactos con el objetivo de ver cumplido ese sueño, en algunos casos, “el último deseo” de la persona afectada por una enfermedad prolongada o incurable. 

    La meta es ayudar a personas que para cumplir su deseo necesitan una ambulancia y un equipo sanitario


    Escuchar una última vez el tic-tac del reloj de casa, ver el mar,
    asistir a un concierto… 

    La generosidad de esta asociación hace real lo que parece imposible para las personas convalecientes. Ver el mar, acudir a la boda de un familiar o despedirse de su gente querida, son algunos de los sueños que ha hecho realidad.

    La Fundación trabaja en nueve países y ha cumplido más de 12.000 deseos en 12 años

    A España llegó en abril de la mano de Manuel Pardo y José Manuel Salas, fundadores del Proyecto de Humanización de las Urgencias, Emergencias y Catástrofes (HURGE). 

    “Los voluntarios son un equipo de personas con increíbles cualidades” 

    Su misión es cumplir los últimos deseos y sueños de pacientes que sufren una enfermedad crónica, puntual o incurable y les queda poco tiempo de vida, siempre y cuando necesiten una ambulancia y un equipo de profesionales sanitarios para llevarlo a cabo. 

    Voluntarios de la Ambulancia del Deseo atraviesan un monte empujando la camilla de un paciente.

    Los voluntarios son la parte más importante de la Ambulancia del Deseo, un equipo multidisciplinar de profesionales, que, como la propia Fundación define, son “personas con increíbles cualidades”. Llevar a cabo su labor altruista no sería posible sin el apoyo de colaboradores y patrocinadores. 

    “La importancia de hacer de pequeñas cosas grandes gestos” 

    Así, el deseo de Antonio era poder visitar el Santuario de Nuestra Señora de la Fuensanta, en Murcia. Su hija relata de viva voz, en el siguiente vídeo, cómo fueron las horas previas a cumplirlo, qué sintió su padre y la importancia de hacer de pequeñas cosas grandes gestos. 

    El último deseo de Antonio 

    Según la FundaciónPara los enfermos terminales, abordar ese último trayecto en el que se van despidiendo de la vida no sólo debe ser un camino lleno de sufrimiento y resignación. También hay lugar para el amor, el acompañamiento y la ayuda, y no sólo de los suyos, sino también de gente solidaria dispuesta a cumplir sus ilusiones. 

    Ambulancia del Deseo

     “Si se puede, se hace” 

    “Todos los deseos son bienvenidos, tanto para pacientes adultos como niños y todos se cumplen de manera gratuita gracias a nuestra red de colaboradores y patrocinadores”

    Si tiene un deseo para un paciente terminal o inmóvil, dependiente de transporte por ambulancia, puede rellenar el formulario que tiene disponible en la web y describir el deseo de la mejor manera posible. 

    La Fundación se encarga de organizar el transporte con una ambulancia y el personal sanitario necesario para cubrir las necesidades del paciente.  

    Historia

    En noviembre de 2006, Kees Veldboer, presidente de la Fundación Ambulancia del Deseo (Stichting Ambulance Wens), estaba trasladando a Mario Stefanutto, un paciente terminal, de un hospital a otro.

    Solo después de colocarlo sobre la camilla, les informaron que habría un retraso, pues el hospital receptor no estaba preparado. Stefanutto no quería regresar a la cama donde había estado en los últimos tres meses, por lo que Veldboer le preguntó a dónde quería ir. El marinero retirado le preguntó si podía llevarlo al canal Vlaardingen para que una vez cerca del agua pudiera despedirse por última vez del puerto de Rotterdam. 

    Imagen de un paciente, en una silla flotante, mirando al mar.

    “Lágrimas corrían por su rostro”, señaló Veldboer.”Cuando le pregunté: ‘¿Te gustaría tener la oportunidad de navegar otra vez?’ Me respondió que sería imposible porque estaba en una camilla”.Veldboer estaba determinado a hacer realidad el último deseo de este paciente. 

    Estar postrado en una cama no impidió que un paciente volviera al mar

    Le preguntó a su jefe si le podía prestar una ambulancia en su día de descanso, le pidió la ayuda a un colega y contactó una compañía de botes que hace tours por el puerto de Rotterdam: todos estaban felices de poder ayudar. El siguiente viernes, ante un sorprendido Stefanutto, el conductor de ambulancia se presentó en su cama de hospital para llevarlo a navegar. 

    “Todavía hay personas a quienes le importan los demás”

    En una carta escrita antes de su muerte, Stefanutto dijo: “Me hace bien saber que todavía hay personas a quienes le importan los demás. Les puedo asegurar desde mi propia experiencia que un pequeño gesto de alguien puede tener un gran impacto”.

    El Autor

     Carmen Piñero Auxiliar de Enfermería y estudiante de Periodismo

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