• Ocho hospitales estudian un fármaco para la osteoporosis

    El trabajo lo lidera el reumatólogo del Hospital General de Ciudad Real David Castro

    El reumatólogo del Hospital General Universitario de Ciudad Real, David Castro, coordina y lidera, junto con sus compañeros Marina González y Marco Aurelio Ramírez, un estudio que se está llevando a cabo en ocho hospitales del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (Sescam) sobre los beneficios de un fármaco de reciente aparición, el romosozumab, para prevenir fracturas por osteoporosis.

    Investigan los beneficios de un fármaco de reciente aparición, el romosozumab, para prevenir fracturas por osteoporosis.

    La osteoporosis aqueja especialmente a mujeres postmenopáusicas y provoca una baja densidad mineral y el deterioro de la microarquitectura ósea, con el consiguiente riesgo de fractura. Estas roturas por fragilidad se producen con traumatismos mínimos y afectan con mayor frecuencia a las vértebras dorsolumbares, el fémur, el húmero y el antebrazo.

    En la actualidad, el tratamiento para mujeres con alto riesgo de sufrir una fractura por fragilidad consiste en la prescripción de medicamentos y la adopción de medidas no farmacológicas. Los fármacos disponibles han demostrado eficacia en la reducción de fracturas vertebrales, pero su efectividad en la prevención de las de cadera no está claramente establecida. Además, algunos de estos fármacos pueden tener efectos adversos significativos, incluso en los propios huesos.

    Recientemente, ha salido al mercado nacional un nuevo medicamento que tiene como principio activo el romosozumab, que presenta un mecanismo dual, favorece el aumento de formación ósea y frena la destrucción del hueso. Fue autorizado por la Agencia Europea del Medicamento (EMA) en 2019.

    Romosozumab

    En los centros hospitalarios dependientes del Sescam, el romosozumab se está prescribiendo desde finales de 2022. Se administra mediante dos inyecciones subcutáneas de manera consecutiva y en lugares separados una vez al mes durante doce meses; las pacientes deben recibir, además, suplementos de calcio y vitamina D.

    Según algunos estudios, este fármaco ha demostrado reducir el número de fracturas vertebrales en más de un 60 por ciento y a la mitad las de cadera. El propósito del proyecto que lidera Castro, como investigador principal, es comprobar los resultados que se obtienen con romosozumab en la práctica clínica diaria y disponer de una visión más certera de su efectividad y seguridad.

    Este objetivo ha despertado el interés de la Sociedad Española de Investigación Ósea y Metabolismo Mineral (SEIOMM) y se ha plasmado en la concesión de una beca de investigación clínica de su fundación para llevar a cabo el proyecto.

    Albacete, Villarrobledo, Toledo, Alcázar de San Juan, Puertollano, Tomelloso, Valdepeñas y Ciudad Real

    Para realizar el estudio, en el que también participa el jefe del servicio de Endocrinología del Hospital General Universitario de Ciudad Real, Pedro Rozas, se está recopilando información de pacientes postmenopáusicas diagnosticadas de osteoporosis grave y/o con alto riesgo de fractura vertebral, no vertebral o de cadera atendidas en las consultas externas de los servicios de Reumatología y Endocrinología de los hospitales de Albacete, Villarrobledo, Toledo, Alcázar de San Juan, Puertollano, Tomelloso, Valdepeñas y Ciudad Real, y que han sido tratadas con romosozumab.

    Los datos obtenidos permitirán cuantificar la aparición de nuevas fracturas en las mujeres a las que se les ha administrado este fármaco, los cambios en su densidad mineral ósea y valorar posibles efectos adversos relacionados con el tratamiento.

    Un comentario

    1. Conclusiones del IPT:
      Se detectó un incremento de eventos cardiovasculares (IAM grave
      y ACV grave) y una mayor mortalidad asociada al uso de
      romosozumab. Aún excluyendo a la población con antecedentes de
      IAM o ictus se esperarían dos eventos MACE extra/1000 pacientes.
      Su uso está contraindicado en pacientes con antecedentes de IAM y
      ACV y debe evaluarse cuidadosamente la presencia de factores de
      riesgo cardiovascular al inicio y durante el tratamiento.

      La dudosa relevancia clínica de los efectos observados en cuanto
      a la reducción de fracturas clínicamente relevantes y las dudas sobre
      la seguridad, especialmente a nivel cardiovascular, ya lastrada en la
      farmacología de la osteoporosis por otras moléculas, hacen muy difícil
      encontrar un perfil de pacientes susceptibles de beneficiarse de un
      tratamiento con romosozumab.

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