• El ser o no ser de las mascarillas

    El Autor

    Julia María Ruiz Redondo

    Inspectora Enfermera. Componente del Grupo de Salud Pública de SEMG (UCLM)

    Parafraseando la famosa frase del monólogo de Hamlet, donde se reflexiona sobre la vida y la muerte, así nos encontramos la ciudadanía, recién estrenado el 2024, en plena onda epidémica de estación de gripe, COVID-19 y Virus Respiratorio Sincitial (VRS), debatiendo sobre la obligatoriedad del uso de las mascarillas.

    Análisis desde el Grupo de Salud Pública de la SEMG sobre el 'ser o no ser' de las mascarillas, la obligatoriedad o recomendación.

    La utilidad está fuera de duda

    No cabe duda de que la utilización de la mascarilla ha sido, y es, una herramienta fundamental en el control de la transmisión de enfermedades infecciosas por vía respiratoria, pero aquí la cuestión subyacente es la obligatoriedad de la misma; al igual que en el monólogo de Hamlet, cómo enfrentar la adversidad y tomar decisiones que pueden afectar a la salud propia y a la de los demás.

    Antes del COVID-19, en España, su uso era poco común en el ámbito público-social, utilizándose sólo en determinadas situaciones de ámbitos clínicos y por personas con problemas de salud, lo cual experimentó un cambio drástico, generando debates y tensiones en la sociedad.

    Dos caras de una misma moneda: aumento de su aceptación como medida necesaria para proteger la salud pública, y polémica sobre la eficacia de las mismas, sumado a la incomodidad de su uso por largos periodos de tiempo y disponibilidad en el mercado. Y sin olvidar el impacto a nivel social y de expresión de identidad personal, lo cual generó un cambio en las formas en las que las personas se relacionaban entre sí.

    ¿Realmente hay que establecer una obligatoriedad?

    Pasamos de considerarlas un elemento poco común a un elemento esencial para proteger la salud pública, generando nuevas dinámicas sociales y culturales.

    Teniendo en cuenta, todo lo anterior, ¿realmente hay que establecer una obligatoriedad del uso tras la experiencia vivida con el COVID-19?

    Aquí aparecen otras cuestiones relevantes como son: ¿cómo responde el cerebro humano ante la obligación frente a la recomendación?; ¿qué papel juegan las emociones y las experiencias personales a la hora de enfrentarse el ser humano a una activad recomendada o a una obligatoria?

    Normativa

    Sin desdeñar otras cuestiones como: ¿Las Comunidades Autónomas pueden imponer el uso obligatorio al margen del Ministerio?; donde nada obsta a que se puedan adoptar este tipo de decisiones, cuya fundamentación jurídica puede invocar la Ley Orgánica 3/1986, de 14 de abril, de Medidas Especiales en Materia de Salud Pública, y la Ley 22/2011, de 4 de octubre, General de Salud Pública, considerando la función de coordinación del Ministerio sobre cuestiones de alcance nacional en el seno del Consejo Interterritorial (Ley 16/2002, de 28 de mayo, de Cohesión y Calidad del Sistema Nacional de Salud), no siendo preciso que se haya declarado el estado de alarma para que una Comunidad Autónoma pueda tomar este tipo de decisiones por razones de Salud Pública.

    O, ¿la obligatoriedad restringe las libertades humanas?; a lo que hay que considerar que esta medida de Salud Pública no tiene dicho objeto, sino más bien proteger la salud y el bienestar de la población en su conjunto. Es importante recordar que las libertades individuales no son absolutas y deben equilibrarse con la protección de la salud y el bienestar común.

    Las dos caras de obligar

    El cerebro humano responde a la obligación de diferentes formas: experimentando estrés y ansiedad, activando regiones del cerebro relacionadas con la planificación y la toma de decisiones para organizar y priorizar las acciones necesarias para cumplir con la actividad. También puede percatarse una sensación de urgencia o motivación, lo que puede llevar a un aumento de la concentración y el enfoque. Éste puede responder de forma diferente a una actividad recomendada, donde puede percibir la actividad como opcional, observando menos presión y estrés, lo que puede conducir a una respuesta más relajada y menos intensa en comparación con la obligación, donde se encuentra implicado el neurotransmisor norepinefrina, responsable de activar el sistema nervioso simpático, desencadenando respuestas de “lucha o huida”.

    Recomendar motiva

    Análisis desde el Grupo de Salud Pública de la SEMG sobre el 'ser o no ser' de las mascarillas, la obligatoriedad o recomendación.

    Además, las emociones y las experiencias personales juegan un papel crucial en la forma en que una persona afronta una actividad, ya sea recomendada u obligatoria. En el caso de una actividad recomendada, las emociones y las experiencias personales pueden influir en la motivación y la disposición para realizar la tarea. Si la actividad se percibe como significativa, interesante o alineada con los valores personales, es probable que las emociones asociadas a la motivación y al compromiso impulsen al individuo a participar en la actividad de manera positiva.

    En el caso de la obligación, el estrés, la ansiedad o la frustración pueden surgir si la actividad se advierte como impositiva o contraria a los deseos del individuo.

    En conclusión, la decisión de establecer la obligación, o no, del uso de las mascarillas, no es un tema baladí, donde el mejor conocimiento científico-técnico, disponible hasta el momento, ha de prevalecer por encima de otras cuestiones.

    • Autores:
    • Julia María Ruíz Redondo. Inspectora Enfermera. Componente del Grupo de Salud Pública de SEMG.
    • Dr Raúl Salmerón Ríos. Presidente SEMG CLM. Responsable del Grupo de Salud Pública de SEMG.

    2 comentarios

    1. Diego Molina Ruiz

      Debemos contactar con Doña Julia María Ruiz Redondo

    2. Diego Molina Ruiz

      Gracias por ayudarme a contactar con mi compañera Julia María Ruiz Redondo
      ¡Salud y Ánimo!
      Diego Molina Ruiz

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