• Los hematólogos advierten de los trombos en viajes largos

    Sencillos consejos para evitar riesgos en trayectos en coche de más de cuatro horas

    En un viaje en coche de más de cuatro horas nadie está exento de enfrentarse a trombos, de ahí que los hematólogos aconsejen parar y estirar las piernas; viajar con ropa cómoda y holgada y beber liquido durante el trayecto, ya que la deshidratación también es un factor de riesgo.

    En un viaje en coche de más de cuatro horas nadie está exento de enfrentarse a trombos, de ahí que los hematólogos aconsejen parar.

    La trombosis del viajero o síndrome de la clase turista puede desencadenar graves consecuencias

    Ante el inicio de las vacaciones de julio y los inevitables desplazamientos, muchos de ellos en coche, la Sociedad Española de Trombosis y Hemostasia (SETH) recuerda que los viajes prolongados pueden multiplicar por dos e incluso triplicar el riesgo de enfrentarse a trombos, la conocida como ‘trombosis del viajero’.

    Esta patología, conocida también coloquialmente como síndrome de la clase turista, se refiere a padecer un episodio de tromboembolismo venoso (TEV). Se trata de la formación de un coágulo en las venas de las piernas con el riesgo de que se desprenda y pueda emigrar hasta la circulación pulmonar, provocando enfermedades de mayor riesgo.

    Según los especialistas, la asociación entre la trombosis venosa y un desplazamiento prolongado es más evidente en viajes superiores a 4 horas y, sobre todo, en aquellos que superan las 8 horas de duración. De hecho, las consecuencias pueden llegar días después del viaje.

    La incidencia de tromboembolismo venoso es de 1 por cada 1.000 personas al año, pero el número de casos es mayor en personas que realizan viajes que superan las 4 horas y con una edad avanzada u otros factores de riesgo. Según la SETH, el principal problema es que la mayoría de esos coágulos no producen síntomas inicialmente y, por tanto, son difíciles de diagnosticar.

    Factores de riesgo

    Los factores de riesgo que pueden favorecer la trombosis venosa son la edad avanzada, antecedentes de trombosis previas, cirugía o traumatismo reciente, embarazo, uso de anticonceptivos orales, obesidad, cáncer o predisposición genética a la trombosis. Durante el viaje, uno de los factores principales es la inmovilización.

    Otros de los estímulos de la coagulación de la sangre, además de la inmovilización prolongada, son la deshidratación, el descenso de los niveles de oxígeno y una reducida presión atmosférica (hipoxia hipobárica).

    El diagnóstico de la trombosis venosa es, en ocasiones, difícil porque los signos y síntomas no siempre son evidentes. En general el diagnóstico clínico se basa en la presencia de dolor, edema y enrojecimiento de la pierna, en un tramo de la misma (encima o debajo de la pantorrilla). El dolor suele aumentar cuando se presiona a nivel de los gemelos en la pierna afectada. La confirmación de la trombosis debe establecerse mediante una prueba sencilla empleando ultrasonidos (ecografía doppler).

    Parar y moverse

    A aquellas personas sin factores de riesgo que realizan viajes prolongados se les recomiendan medidas generales, tales como evitar ropa que comprima, mantener una hidratación adecuada y realizar ejercicio regular. En algunas personas de riesgo, además de las medidas generales se aconseja el empleo de medias que mantengan una presión moderada en la pierna o el uso de fármacos que interfieren la coagulación de la sangre, como las heparinas.

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