Se llama Álvaro Cuenca y ha compuesto el himno con el que la Asociación Desarrollo-Autismo celebrará en octubre su 15 aniversario. Con 28 años, este psicólogo albaceteño ya lleva media vida junto a su guitarra. Estudió Psicología porque no entendía la violencia; empezó a componer porque necesitaba desahogarse y ahora cantar para niños con trastornos del espectro autista le ha abierto una nueva puerta. Voluntario de la asociación contra el síndrome depresivo Lassus y expresidente de Abanico, sufrió en el colegio por ser homosexual, de ahí que trabaje por un mundo más tolerante.
El himno de Desarrollo no se conocerá hasta octubre. La asociación ya ha dado el visto bueno al trabajo de Álvaro Cuenca. La letra y la voz no son de un famoso, pero se augura el éxito porque detrás está un psicólogo con esa sensibilidad -ahora se llama humanización- que necesita todo aquel que se atreva con el mundo sanitario. Y eso que la trayectoria de este joven aunque fue siempre hacia la música, tardó en orientarse hacia la Psicología.
Álvaro Cuenca empezó a componer a los 13 años con una página de acordes, una guitarra y la ayuda de su padre. A los 15 años ya daba conciertos con su propio grupo, Puerta 24, y a los 18 lo dejó todo para empezar a trabajar. Con 20 años, después de una etapa como teleoperador, decidió retomar Bachillerato y empezar la carrera de Psicología en Murcia.
Álvaro Cuenca también es voluntario de la Asociación Lassus
Víctima del acoso y la incomprensión en la etapa escolar, la música era su válvula de escape, pero necesitaba saber por qué había personas violentas. Más tarde le preocuparía también el índice de suicidios y el alto porcentaje de depresión entre la población LTGB. ¿Qué lleva a una persona con éxito, que lo tiene todo, a verlo todo negro? Este psicólogo ha encontrado en la combinación de música y Psicología la fórmula para tratar a las personas que sufren sin que el dolor le arrastre también a él.
Álvaro Cuenca sigue formándose y está involucrado en el voluntariado, desde ACMIL hasta Lassus. Además, ahora acaba de descubrir una nueva motivación en la música como ayuda a la terapia con niños autistas.