• Los ginecólogos avisan de dietas veganas y vegetarianas

    Una alimentación pobre en hierro supone un factor de riesgo para sufrir anemia

    Las dietas pobres en hierro, como las vegetarianas y veganas, constituyen una causa cada vez más frecuente entre los factores de riesgo para el desarrollo de anemia ferropénica, por déficit de hierro, en la mujer en edad fértil. Así lo advierte la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), que ha puesto al día la evidencia científica sobre la anemia en la población femenina en un documento de consenso.

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    Las dietas veganas y vegetarianas se deben vigilar especialmente, para prevenir anemias, durante la edad fértil de la mujer.

    En dietas veganas y vegetarianas, el riesgo de anemia ferropénica es mayor en la mujer que en el hombre

    También influyen intolerancias al gluten o a la lactosa. Así, la combinación de varios factores, como puede ser la dieta pobre en hierro y las pérdidas de sangre abundantes por la menstruación, determinan que la anemia por déficit de hierro sea mucho más frecuente en la mujer que en el hombre.

    La decisión de reponer las reservas de hierro y su vía de administración (oral o intravenosa) son controvertidas, debido, en parte, a las preguntas que rodean la formulación óptima, la capacidad de absorción y la vía de administración.

    En este objetivo, el consenso destaca que “las pruebas analíticas básicas de laboratorio tienen alta fiabilidad y bajo coste en el enfoque diagnóstico de la mayoría de las anemias de nuestro entorno”, añadiendo que también es fundamental la buena comunicación de los especialistas en Ginecología y Obstetricia con los especialistas de laboratorio clínico, así como la elaboración de protocolos diagnósticos.

    El hierro durante el embarazo

    El consenso subraya que el embarazo supone unos requerimientos adicionales de 800-1000 mg de hierro elemental para cubrir las necesidades maternas y fetales, por lo que el aumento del consumo de hierro dietético es muy importante durante la gestación. Por ello, “a la vez que suplementamos, en todas las embarazadas debemos recomendar también una dieta lo más rica posible en hierro, así como medidas que favorezcan la absorción del mismo”, indican los autores.

    Carne, huevo y pescado azul

    Los ginecólogos recuerdan que el hierro hemo, del que se absorbe el 40% frente al 2% del hierro no hemo, se encuentra fundamentalmente en las carnes (carnes rojas como ternera, cerdo y cordero, hígado y riñones, y carnes blancas como pollo, pavo y perdiz), yema de huevo, pescado azul (como sardinas, anchoas y atún fresco), pescado blanco (como lenguado o merluza) y en el marisco de concha (almejas, berberechos, mejillones…).

    Consecuencias en el recién nacido

    La presencia de anemia en mujeres embarazadas incrementa la mortalidad perinatal, el retraso en el crecimiento intrauterino, altera el desarrollo placentario y aumenta el riesgo de pérdidas fetales, además de disminuir la tolerancia frente a pérdidas sanguíneas. También se asocia a un riesgo tres veces mayor de bajo peso al nacer y dos veces mayor de parto pretérmino.

    Asimismo, la Sociedad Española de Ginecología recuerda que la baja ingesta materna gestacional de hierro se asocia con autismo, esquizofrenia y estructura cerebral anormal en la descendencia. Los recién nacidos con deficiencia de hierro tienen una memoria de reconocimiento comprometida y una velocidad de procesamiento más lento.

    Hemeroteca

    ¿Qué se debe tener en cuenta en la dieta vegana?

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