• El médico que llevó a los pacientes hasta Lourdes

    “Íntegro, comprometido, cercano, entregado al servicio a los demás, cariñoso y humilde”. Así definen quienes lo conocen al médico que hace 48 años fundó la Hospitalidad de Lourdes en Albacete. El cardiólogo Agustín Lorenzo no lo dudó cuando, en 1971, el obispo Ireneo García Alonso le pidió ayuda para que esta provincia tuviera su propio Tren de la Esperanza. A más de 600 kilómetros de su tierra, el doctor Lorenzo ha visto milagros, pero sobre todo ha sido testigo de cómo la fe mueve montañas. El médico quería llevar a los pacientes a Lourdes, y lo consiguió.

    Agustín Lorenzo
    El doctor Agustín Lorenzo, en 2016, en su último viaje a Lourdes.

    Un obispo confió en un médico de profundas convicciones cristianas para que el conocido como Tren de la Esperanza -el que viajaría todos los años a Lourdes- tuviese salida en Albacete. Y desde entonces, el tren no ha fallado. Si en 1971 viajaron cinco enfermos y cincuenta peregrinos, este año saldrán 285 personas.

    En 45 años, el doctor Agustín Lorenzo ha visto milagros, pero sobre todo ha sido testigo de cómo la fe mueve montañas

    Lorenzo contó con el apoyo de Sor Josefina, responsable entonces de la Casa de Misericordia, y de su familia, que ha llegado a reunir a tres generaciones en la peregrinación. Entre todos consiguieron en los 70 que el improvisado hospital que puede suponer un tren de cercanías llegara todos los años a su destino. El propio cardiólogo viajaría incluso el año en el que se enfrentó a una complicada operación de corazón.

    Belén, en el centro, no ha fallado nunca.

    Desde aquel primer año, hasta 2016, Agustín Lorenzo no ha faltado a su cita con la Virgen de Lourdes y, como él, su familia se ha volcado con la hospitalidad, tanto sus cinco hijos como sus once nietos. De hecho, una de sus nietas, Belén, no ha faltado ni un solo año. Su madre viajó embarazada y, al año siguiente, volvió a embarcar con una niña de seis meses.

    El doctor Lorenzo, ahora convaleciente, tiene la Medalla de Oro de la Hospitalidad. Además, Lourdes le ha dado la oportunidad de ver milagros, desde un enfermo que salió en silla de ruedas y regresó andando hasta un paciente en el que las úlceras curaron sin explicación. Como recuerdan sus hijas, el primer presidente de la Hospitalidad ha visto lo que como médico no podría explicar, pero, para él, Lourdes siempre ha sido mucho más que el milagro físico que todo el mundo busca: nadie regresa igual que se marchó.

    Este año viajarán 285 personas, entre enfermos, voluntarios y peregrinos

    Hoy, 48 años después de aquel primer viaje, la Hospitalidad de Lourdes ultima la peregrinación que embarcará a 285 personas el próximo 31 de mayo desde la Estación de Los Llanos de Albacete. Viajarán 155 voluntarios, entre los que hay seis médicos y siete enfermeros; 70 peregrinos y 60 enfermos de la Institución Benéfica Sagrado Corazón de Jesús, de Asprona, del centro Infanta Leonor, de la residencia San Vicente de Paul y de los Hermanos de la Cruz Blanca de Hellín. Y todo coordinado por la actual presidenta, la médico Pilar Álvarez-Valdés.

    Todo empezó en 1858, con Bernardette

    Como esta organización, hay medio centenar en España y miles en todo el mundo. Todas las hospitalidades recogen el testigo de una joven de 14 años, Bernardette, a la que se le apareció la Virgen. Entre el 11 de febrero y el 16 de julio de 1858, la Iglesia reconoce 18 apariciones. Precisamente, en la gruta donde tuvieron lugar, brotó inesperadamente una fuente a cuya agua se le atribuyen propiedades milagrosas.

    Desde el siglo XIX, la peregrinación de enfermos a Lourdes ha sido multitudinaria, de ahí que muy pronto surgieran voluntarios para acompañarlos y atenderlos, tanto en su viaje como durante su estancia en este pueblo francés. Así surgieron las hospitalidades y la tradición de viajar una vez al año.

    Este año, el nuevo obispo de Albacete, Ángel Fernández Collado, también se sumará a la peregrinación.

    También le puede interesar:

    Los Llanos, el hospital olvidado

    El médico que se ordenó sacerdote

    Comentar

    Su dirección de correo electrónico no será publicada.Los campos necesarios están marcados *

    *