• Nunca es tarde para estudiar Enfermería

    El economista Rafael Sanjosé Flores está en el ecuador de la carrera de Enfermería, a la que ha llegado superados los 40 años, cuando, cansado de números y papeles delante de una pantalla, se decidió por un futuro con personas frente a un frío presente que ya no le llenaba.

    El economista Rafael Sanjosé Flores está en el ecuador de la carrera de Enfermería, a la que ha llegado superados los 40 años.
    Ya había cumplido los 40 años cuando decidió que quería estudiar Enfermería.

    El economista Rafael Sanjosé cursa, con 45 años, segundo de Enfermería

    Para regresar a la Universidad ha tenido que estudiar un grado de FP y superar de nuevo las pruebas de acceso

    Sanjosé ya tiene el sueño de la mayoría de los españoles: un trabajo fijo, con sueldo y horarios aceptables. Pero si bien en su día estudió Económicas con ilusión, con la misma que ha ejercido, la crisis de los cuarenta le empujó a salir de su zona confort. Y vaya si lo hizo. Para entrar en la Facultad de Enfermería de Albacete, primero tuvo que estudiar un grado superior de Formación Profesional, además de volverse a presentar a las pruebas de acceso a la Universidad, porque su selectividad no le valía.

    Este economista, que compagina trabajo y estudios, se tuvo que preparar en un mes las asignaturas de Biología, que no había visto en su vida, y Química, que llevaba veinte años sin ver, pero, con todo y con eso, sacó un 12,95 de nota media que le abrió las puertas de su sueño, la Facultad de Enfermería de Albacete, donde ahora mismo cursa segundo.

    Lleva dos años sin vacaciones y aún resuenan los ecos de quienes lo tachaban de loco por dejar un trabajo fijo, pero eso es lo que hará en cuanto tenga su título de enfermero y reciba la primera oportunidad. Le da igual que su destino esté en un pueblo remoto o en la capital. “Trabajo con papeles, números e informes y ahora quiero hacerlo con personas”, decía un ilusionado Rafael Sanjosé a Diario Sanitario.

    “Trabajo con papeles, números e informes y ahora quiero hacerlo con personas”

    Y es que “todos tenemos un punto de agotamiento en nuestra profesión”, de ahí que, al alcanzarlo, Sanjosé se haya encontrado con que “he recuperado la ilusión para afrontar nuevos retos y centrarlos en los pacientes”. No obstante, ahora se está encontrando en las prácticas con enfermeras a las que les gustaría hacer lo mismo que él, pero no para entrar en el mundo sanitario sino para salir.

    Mientras ha visto a futuras compañeras aburridas de las noches, el estrés y la responsabilidad de una profesión que obliga a reciclarse continuamente, igual que a no poder permitirse ni la más mínima distracción, él está deseando empezar. Ya ha pasado por servicios tan complicados como Neurología; ha cogido vías y sacado sangre; ha visto la Enfermería más allá de los libros, y ha confirmado que cada día le gusta más.

    Un día, Rafael Sanjosé se preguntó: “¿Veinte años más así?”. Y se contestó: “No. Quiero ver el fruto de mi trabajo en las personas”. De hecho, si tuviera otra vida puede que después de la Enfermería diese el salto a la Enseñanza.

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