• ¿Qué esconde el alcohol?

    Medicina Interna advierte de las consecuencias de drogas legales e ilegales y pide unidades de toxicología clínica

    El alcohol es una de las tres principales causas evitables de muerte y de desarrollo de cáncer en menores de 55 años, de ahí la preocupación desde Medicina Interna. Las complicaciones orgánicas más graves derivadas de su consumo abarcan desde el desarrollo de varios tipos de cáncer a la aparición de enfermedades del hígado, cardíacas o neurológicas, como la encefalopatía de Wernicke.

    Medicina Interna advierte de las consecuencias de drogas legales, como el alcohol, e ilegales y piden unidades de toxicología clínica.

    Más de 150.000 ingresos hospitalarios al año están relacionados con patologías en las que interviene el consumo de alcohol

    Así, médicos internistas de todo el país se han congregado recientemente en la VIII Reunión del Grupo de Alcohol y Otras Drogas de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), que se desarrolló online para tratar trastornos por consumo de alcohol, la situación del consumo de drogas en España y el consumo de fentanilo.

    Alrededor del 15% de las consultas médicas en España tienen potencialmente relación con el consumo de alcohol y más de 150.000 ingresos hospitalarios al año están relacionados con patologías en las que interviene el consumo de alcohol. Además, el alcohol, junto con la cocaína y el cannabis, se sitúa entre las principales causas de atención en Urgencias por intoxicaciones.

    En el caso de Medicina Interna, alrededor de un 10% de los ingresos se relaciona potencialmente con el consumo de alcohol.

    Arsenal terapéutico

    En el momento actual, el arsenal terapéutico con aprobación para el tratamiento de los trastornos por consumo de alcohol cuenta con 4 fármacos (nalmefeno, disulfiram, acamprosato y naltrexona), si bien existen otros fármacos con utilidad potencial, como la gabapentina o el baclofeno, que precisan mayor investigación.

    El alcohol continúa siendo la droga más consumida en España, según los últimos informes del Observatorio Español sobre Drogas y Adicciones, el 93,2% de la población lo ha consumido al menos en alguna ocasión.

    Cannabis

    En segundo lugar aparece el tabaco, con un 69,6% y en tercera posición el cannabis, con un 40,9% y en un claro ascenso exponencial en la última década. Si observamos los datos de consumo habitual, el consumo de cannabis en al menos una ocasión en el año previo en la población de 15 a 64 años se sitúa en un 10,6%, siendo superado en esta estadística por los fármacos sedantes, con un 13,1% y seguidos por los opioides (6,8%), la cocaína (2,4%) y el éxtasis (0,8%).

    Al igual que el cannabis, el consumo de opioides y fármacos sedantes ha experimentado un aumento sustancial en los últimos años, si bien en las estadísticas globales se recogen también aquellos consumos con receta médica, por lo que resulta difícil conocer con exactitud el porcentaje de personas que los utilizan como droga recreativa.

    Nuevas drogas ‘de diseño’

    Las drogas “de diseño” con utilización de diversas sustancias químicas difíciles de detectar han aumentado de forma exponencial en los últimos años, haciendo muy complejo el diagnóstico de intoxicaciones en los servicios de urgencias y, sobre todo, creando dificultades para su manejo médico.

    Además, estas nuevas sustancias se diseñan en ocasiones recreando la estructura de fármacos analgésicos (como los opioides) o sedantes (como las benzodiacepinas), pero modificándola y amplificando sus efectos, a la vez que dificultando la posibilidad de revertir los mismos.

    El número de atenciones urgentes por intoxicaciones por drogas se mantiene estable, si bien la detección conjunta de varios tóxicos, sobre todo alcohol, cocaína, cannabis y sedantes combinados entre ellos, se ha hecho cada vez más frecuente en este tipo de asistencias.

    Tal y como destaca el Dr Ignacio Novo, uno de los retos actuales es la dificultad para el manejo de las intoxicaciones y el policonsumo de sustancias de difícil detección.

    Unidades de Toxicología Clínica

    Por último, se ha reiterado que “el papel del internista en este campo debe ser el de eje sobre el que gire toda la actividad, ya que el policonsumo de sustancias y los efectos tóxicos de las mismas a cualquier nivel del organismo hacen necesario un abordaje global y un nivel de conocimientos sobre la fisiopatología de diferentes enfermedades que un médico internista tiene y debe aportar”. En este sentido, se ha recalcado que “la futura creación de unidades específicas de Toxicología Clínica debe ser, sin lugar a dudas, un nuevo campo de trabajo para los médicos internistas”.

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